Gisela Edith Hebe Méndez nació en 1981. En plena dictadura, su mamá eligió ese tercer nombre por una mujer que la interpelaba: Hebe de Bonafini, fundadora de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Con esa historia a cuestas eligió estudiar Trabajo Social en la Universidad de las Madres. A los 42 años, Gisela cursa 5° año, a punto de convertirse en la primera universitaria de su familia. Pero teme no poder concretarlo. Con 0 pesos transferidos de Nación en lo que va del año, la vida de esa institución está en riesgo.

“Preocupa. Angustia. No sabemos qué va a pasar. Seguimos cursando gracias a la voluntad de los docentes. Pero no sabemos si vamos a recibirnos o no, es tremendo. Nos esforzamos muchísimo. De mi familia soy la primera que va a tener un título universitario y no sé si lo voy a lograr porque no sabemos si van a cerrar la universidad a finales del cuatrimestre. Es la triste realidad”, lamenta Gisela. Como ella, hay 2245 alumnos y alumnas sin certeza sobre sus carreras en curso.

La situación de la Universidad de las Madres se enmarca en el ahogamiento presupuestario que implementa el gobierno de Javier Milei hacia las universidades de todo el país, con excepción de la UBA. Pero tiene un condimento extra: el encono de quienes están al frente del Ejecutivo con todo lo que esta institución representa. Con el sofisticado nivel que caracteriza a las autoridades nacionales, la vicepresidenta Victoria Villarruel llegó a decir que “la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo tiene la misma calidad educativa que una academia de Giselle Rímolo”, condenada en 2012 por ejercicio ilegal de la medicina.

Ni un centavo para la Univerdad de las Madres

“En el contexto general de desfinanciamiento al sistema universitario, la Universidad de las Madres tiene una situación particular de extrema gravedad, que pone en riesgo su continuidad. No recibió ni un centavo en 2024”, afirma Mariela Canessa, secretaria general de la Asociación Docente de esa institución y profesora de Formación y Ciencia Política, una de las materias transversales para las carreras que se dictan allí, como Trabajo social, Abogacía, Historia y Ciencias de la Comunicación.

La Universidad no está pagando salarios a docentes ni no docentes. Los profesores, además del compromiso, pueden subsistir por otros trabajos. Pero los no docentes tienen trabajos de 7-8 horas. Muchos se fueron, lógicamente. Tampoco se están pagando los seguros, las cargas de seguridad social. Tenemos imposibilidad de emitir títulos de recientes graduados. Tenemos cero pesos para funcionar”, describió Canessa en diálogo con Tiempo. La cursada se sostiene a fuerza de voluntad, de forma virtual.

Los fondos asignados a la UNMa en el presupuesto 2023 son de $ 1.071.577.000. La transferencia en lo que va del año fue del 0 por ciento. “Dependíamos del Ministerio de Justicia, y como se prorrogó el presupuesto 2023 el nuestro todavía está en Justicia, pero Capital Humano tiene la responsabilidad de autorizarlo. Y está en completa inacción con nosotros en particular”, menciona la secretaria gremial. Además de los “2245 alumnos que tienen en peligro su trayectoria”, hay 250 docentes y 60 no docentes que no están cobrando.

El freno de Pettovello

El 26 de febrero la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, emitió una resolución para frenar el funcionamiento de cinco universidades creadas en 2023. Entre ellas, la de las Madres. La excusa fue que se debía revisar el proceso de su conformación, que en todos los casos había pasado por el Congreso.

Aunque se apuntó contra universidades ‘nuevas’, la de las Madres tiene una larga historia. Se constituyó como universidad formalmente en 2023, pero desde 2014 funcionaba como instituto universitario y dictaba carreras terciaras. Antes, en el año 2000, había nacido el proyecto como universidad popular.

“Somos una universidad nueva, creada por ley en 2023, pero somos la continuidad de un instituto que ya venía funcionando. Hay alumnos que están finalizando su trayectoria. Hay proyectos de investigación, de extensión en curso”, apunta Canessa.

La Universidad envió pedidos de audiencias, mails y notas por mesa de entradas. Hasta se presentaron amparos en la justicia. Hasta el momento, sin efecto. “Estamos evidenciando a esta altura del conflicto que hay una discriminación política e ideológica con la Universidad de las Madres. Milei ya intentó desprestigiarnos, Villarruel dijo en diciembre que éramos el instituto Rímolo –cuestiona la docente–. El año pasado tuvimos una auditoría del Ministerio de Justicia, están todos los papeles. Y si el Gobierno Nacional quiere hacer una nueva, están abiertas las puertas. No tenemos nada que esconder”.

Ante la consulta de este medio por la situación que atraviesa la UNMa, desde la Secretaría de Educación de la Nación –conducida por Carlos Torrendel y dependiente de Capital Humano– no emitieron respuesta.

Estudiantes de primera y de segunda

“Resulta inadmisible y provocador que se reconozca solo para una universidad y no para la totalidad del sistema que reúne a un conjunto de 60 universidades a lo largo y a lo ancho de todo el país, que representan a dos millones de estudiantes de las universidades argentinas. No aceptaremos que existan estudiantes de primera y de segunda”, advirtieron los rectores nacionales en un comunicado. Fue luego de que la Universidad de Buenos Aires (UBA) obtuviera un incremento cercano al 300% del presupuesto de gastos de funcionamiento. Algo que generó sospechas en torno a las negociaciones entre el oficialismo y la UCR, de cara a la Ley de Bases en el Senado. El dirigente radical y vicerrector, Emiliano Yacobitti, cuestionó esas “conspiraciones” y aseguró que “una cosa no tiene nada que ver con la otra”. Similares resquemores causó la decisión de Pettovello de dar marcha atrás con el freno a la Universidad de Río Tercero, una de las que había sido paralizada junto con la de las Madres. Hubo quienes leyeron la decisión como un ‘pago’ a Rodrigo De Loredo por encolumnar a los radicales de Córdoba para votar la ley de Milei.