Algo está cambiando en la relación del gobierno con la sociedad. Es la sensación que recorre al sistema político. Se trata de un diagnóstico algo impreciso pero que se constata en dos reacciones contrapuestas y verificables. Mientras que en el mileísmo se percibe incomodidad y nerviosismo, en la oposición empiezan a aparecer (nuevas) iniciativas. Esta postal del presente circula en distintas corrientes del peronismo, con matices. Tras una semana en la que se discutió la violencia represiva, desde el PJ evalúan el contexto con definiciones fuertes: “A Milei se le dio vuelta el reloj de arena”; “el criptogate fue el primer golpe”; “este régimen no tiene forma de estabilizarse ni social ni políticamente” son algunas de las frases que se complementan.

La imagen del reloj de arena ingresó en la conversación pública de la mano de Cristina Fernández de Kirchner. Fue hace dos semanas, al día siguiente del discurso de apertura de sesiones. “Anoche tuve la impresión de que diste vuelta el reloj de arena”, fue su frase, que coló como un cuchillo en el final de un posteo largo en la red social X. La expresión aludía al avance de un proceso con final inevitable.

Quince días antes del tuit había estallado el escándalo de la criptomoneda $Libra. Los análisis opositores coinciden en que desde que el jefe de Estado “difundió, no promocionó” el token Libra, la Casa Rosada se atolondró en una sucesión de “errores muy gruesos”.

Así se refieren a una cadena de hechos con la que la cúpula mileísta intentó recuperar el control de la agenda. Y de esa senda de equivocaciones destacan particularmente dos: la designación por decreto y en comisión de Ariel Lijo y Manuel José García Mansilla en la Corte Suprema y la emisión de un DNU para acordar un nuevo programa con el FMI con el argumento de que no se trata de nueva deuda. Dos medidas que ignoran leyes y normas constitucionales y que resultan, por lo tanto, desafiantes y muy confrontativas para con la oposición.

En este sentido, la senadora nacional Juliana Di Tullio (UxP), de cercanía a CFK, advirtió que la saga de “errores muy gruesos” en materia política se produce en un contexto de vulnerabilidad económica. “Esta sumatoria de equivocaciones apareció justo cuando el gobierno necesita cada vez más dólares para sostener el tipo de cambio. Un tipo de cambio que, además, no sirve a las economías regionales”, sostuvo en diálogo con Tiempo.

Di Tullio también aseguró que la decisión del “triángulo de hierro” de nombrar en comisión y por decreto a Lijo y García Mansilla derivará en un rechazo de sus pliegos. Para eso tiene confianza en la acción del interbloque peronista en el Senado. “Hemos pedido sesión especial para la semana que viene y no hay postergación posible. Es una sesión especial para rechazar ambos pliegos porque ambos (Lijo y García Mansilla) aceptaron ser nombrados por decreto. La constitución le asigna a los senadores y senadoras el poder para analizar los pliegos de los jueces de la Corte Suprema de la Nación y de todos los jueces, embajadores y de los militares”, amplió la senadora. Y agregó: “No creo que ningún senador o senadora quiera renunciar a ese mandato que da la constitución”.

Con relación al DNU sobre el programa con el FMI, en el interbloque están discutiendo planes de acción. Una de las alternativas es que los senadores del peronismo envíen una carta al propio organismo con sede en Washington, que encabeza Kristalina Georgieva. La intención sería transmitir a las autoridades del Fondo el rechazo a que un nuevo acuerdo entre la institución financiera y la Argentina no respete la legislación vigente en el país. El artículo 2 de la llamada “Ley Guzmán” establece que un programa de deuda con el organismo debe debatirse y votarse en el Congreso.

En las iniciativas del interbloque del PJ, de cualquier modo, habrá que ver si todos sus miembros se mantienen unidos o si aparecen sorpresivamente algunos desacuerdos puntuales. En el receso de la actividad legislativa circuló la versión de que durante 2025 podría gestarse otro bloque, más pequeño y vinculado a ciertos gobernadores del NOA, que acompañaría a la mayoría peronista en algunos temas y en otros marcaría diferencias.

Fuera del palacio legislativo y absolutamente enfocado en la calle, el episodio de la protesta en apoyo de los jubilados fue otro de los temas de análisis para el peronismo. La violencia con que la Casa Rosada buscó escalar la represión e instalar el miedo fue denunciada por todos los sectores del PJ.

En paralelo, el disparo con un cartucho de gas lacrimógeno que impactó en la cabeza del joven fotógrafo Pablo Grillo desencadenó muestras de solidaridad por fuera de las pertenencias partidarias. En las últimas 72 horas hubo cacerolazos, intervenciones en redes, pero también fotos como la del plantel profesional del Club Atlético Independiente con una bandera que decía “fuerza Pablo Grillo”. El reportero es hincha del Rojo de Avellaneda.

Esas señales son prueba de la incapacidad que tiene el “ajuste más grande de la historia” (en palabras de Milei) para garantizar gobernabilidad. Así lo entiende el diputado nacional Eduardo Toniolli (UxP, Santa Fe), dirigente del Movimiento Evita en su provincia. “Esta semana quedó más expuesto que nunca que este régimen no tiene forma de estabilizarse, ni social ni políticamente. A mediano plazo no hay paz social posible en estas condiciones”, remarcó Toniolli.

En tanto, su colega del bloque peronista Eduardo Valdés (CABA) alertó sobre el amedrentamiento oficial a la jueza Karina Andrade: “La jueza no hizo nada distinto a lo que hizo la doctora (María Romilda) Servini el 12 de junio del año pasado, cuando Bullrich, en otra cacería, acusó de ‘terroristas’ a 33 personas que había detenido. Pero todas esas personas fueron liberadas por Servini”, recordó Valdés.

Por último, en todos los espacios del peronismo creen que la denuncia por la criptomoneda $Libra tiene implicancias que irán creciendo en el Congreso. Todos prevén que en el corto plazo habrá tensiones y que figuras protagónicas del mileísmo pueden llegar a pasarla mal. Una postal de lo que puede ocurrir se vivió el miércoles en Diputados, cuando el bonaerense Nicolás Massot (Encuentro Federal) utilizó conceptos bastante duros al dirigirse, desde su banca, al mileísta riojano Martín Menem, titular del cuerpo. “Presidente, con todo respeto le digo, inclusive por su propia investidura, que empieza a ser, producto del silencio, cuestionada, posiblemente sin razón: expliquen, vengan y expliquen el cuestionario anticipado”, le dijo Massot a Menem en un cruce que terminó escalando y con las dos voces superponiéndose.