Con el arranque de octubre echó a rodar el último trimestre del 2022 antes de la llegada del año electoral donde el oficialismo jugará su futuro. Le quedan tres meses a la regla no escrita de no impulsar cambios en el sistema electoral durante el año de realización de los comicios. Hasta ahora la idea de suspender las PASO a nivel nacional no ha pasado de los pronunciamientos y podría contar con un proyecto de ley impulsado por el diputado Luis Di Giácomo. El rionegrino había anticipado que lo presentaría antes del fin de semana, pero la iniciativa aún no ingresó al Congreso para agitar el avispero del Frente de Todos, que todavía no define cómo abordará el debate interno sobre mantenerlas o suspenderlas.
Las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias que ideó Néstor Kirchner, y fueron aplicadas por primera vez durante el primer mandato presidencial de Cristina Fernández, están en discusión como nunca dentro del FdT. Durante la pandemia hubo un intento que cristalizó las posiciones en contra para frenarlas, pero concluyó en una postergación de un mes para las dos fechas de las elecciones del año pasado. Esta vez los planteos tomaron mucha más fuerza a partir del desdoblamiento de algunos comicios provinciales y la suspensión de sus respectivas primarias. El proceso avanza en distintas provincias gobernadas por el peronismo.
El dato no pasa inadvertido para el presidente Alberto Fernández, que no le bajó el tono al debate y reconoció que la discusión existe, casi en la misma tónica que utilizó el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, para mostrarse prescindente, sin dejar de habilitar el tema dentro del FdT. La pieza desequilibrante dentro del oficialismo que definirá el futuro de las PASO es Cristina, la misma que las estrenó en 2011. Según pudo reconstruir este diario, en los círculos de funcionarios más cercanos a la vicepresidenta dan por sentado que es cuestión de tiempo para que se defina la forma de suspenderlas el año que viene.
Sacar las PASO del 2023 puede tener altos costos políticos si el operativo para hacerlo se demora y se extiende en el tiempo. Peor es perder, dicen las fuentes del gobierno que no descartan ninguna opción ante la cantidad de gobernadores que insisten con sacar las primarias, que costarán $22.500 millones y que los mandatarios del norte están jugados en reducir el gasto político y usar ese argumento para extirparlas en forma definitiva. Lo cierto es que la modalidad final que tendrá el mecanismo electoral también dependerá de la forma que elija el oficialismo para definir sus candidaturas.
La posibilidad de que la vicepresidenta vuelva a pelear por la Presidencia había sido relegada por ella misma durante el encuentro que protagonizó cuando recibió el respaldo de los sacerdotes villeros, luego del intento de asesinato que vivió hace un mes. Sin embargo, la senadora cristinista Juliana Di Tullio volvió a jugar esa chance. «Serán unas elecciones que van a tener dos caminos: una de las hipótesis posibles es Cristina jugando y del otro lado alguien que represente a la derecha. Tengo una contradicción porque quisiera que no, por ella, pero quisiera que sí, por mí, por el pueblo. No quiero una fotocopia, algo que se parece: quiero que sea Cristina», disparó Di Tullio este sábado.
El planteo sorprendió ante las señales que había lanzado la vicepresidenta para correrse de una eventual candidatura. Si ella se presenta, insisten en el panperonismo que la quiere, no es necesaria ninguna interna nacional y mucho menos si esa ausencia sirve para profundizar las dificultades internas que tiene Juntos por el Cambio. Los socios opositores necesitan imperiosamente utilizar las primarias para resolver sus candidaturas. Se están preparando para que esa fatalidad ocurra y se vean obligados a articular una interna partidaria semiabierta donde el radicalismo tiene ventajas comparativas de movilización por la estructura que tiene en todo el país.
La creciente, pero todavía silenciosa, intención oficialista de suspender las PASO se choca con las palabras del presidente. Fernández dijo que quería primarias de todas las candidaturas y en el kirchnerismo consideraron innecesario que hablara de ese tema cuando estaban analizando la posibilidad de hacer todo lo contrario.
El tema volvió a recrudecer con fuerza esta semana durante la gira por Estados Unidos que protagonizaron siete gobernadores norteños junto al ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro. En la comitiva habían seis mandatarios peronistas, como el santiagueño Gerardo Zamora y el chaqueño Jorge Capitanich, y el jujeño Gerardo Morales como el único representante del radicalismo. Los jefes del pejotismo norteño buscaron sacar un comunicado reclamando la suspensión pero el titular de la UCR se opuso. Entre los impulsores estaba el salteño Gustavo Sáenz, aliado del massismo, que ya fijó las ejecutivas para el 19 de abril y luego la Legislatura provincial suspendió las primarias.
San Juan está en la misma situación y ya no tiene PASO desde el año pasado. San Luis va por el mismo camino, al igual que Catamarca. En Chubut hubo un intento hace dos semanas y naufragó, al menos por ahora. A eso se sumó Córdoba, que no tiene primarias, pero su gobernador Juan Schiaretti habilitó que sus legisladores salieran a ratificar y recordar que están en contra de las primarias. Pocos días después, apareció Di Giácomo anunciando que presentaría un proyecto para eliminarlas en forma definitiva. El legislador pertenece al bloque Juntos Somos Río Negro, que lideran la gobernadora Arabela Carreras y su antecesor en el cargo, el actual senador nacional Alberto Weretilneck. La mandataria patagónica tiene una serie de coincidencias con Schiaretti y Weretilneck es un aliado del cristinismo que le ha permitido contar con un respaldo clave para proyectos judiciales como la ampliación de los miembros de la Corte.
Por esos lazos el planteo de Di Giácomo parece orientado a apurar un debate que no termina de ordenarse en el Frente de Todos. Hasta que CFK no defina su posición, los 117 votos del bloque oficialista en la Cámara Baja no se encolumnarán detrás de una eventual suspensión. Sin esa precisión, los poroteos más optimistas en ese recinto se diluyen. Sin embargo, si surge la decisión de hacerlo, el oficialismo podría sumar entre 10 y 11 votos de bloques provinciales, con el cordobesismo incluído. De esa ecuación surgen las intrigas sobre la posibilidad de que los diputados de ultraderecha, como Javier Milei, José Luis Espert y Carolina Píparo, aporten sus apoyos y completen la sumatoria para enterrar las primarias. Por ahora el proyecto que debería proponer esa salida no ingresó en la Cámara Baja y podría estirarse a partir de los duros cruces que tiene el gobierno de Río Negro con el Gobierno Nacional por el conflicto mapuche. «