En medio del viaje internacional de Javier Milei a Estados Unidos para recibir una distinción de una organización judía ortodoxa internacional, el gobierno nacional recibió este jueves en Casa Rosada a la mesa chica de la CGT para avanzar en las negociaciones ante la inminente presentación del nuevo proyecto de ley de reforma laboral y la Ley Bases. La cumbre tuvo como principal objetivo el acercamiento formal de la central obrera y el nuevo oficialismo que, a más de cuatro meses de iniciar la gestión, todavía no había concretado ningún encuentro con la Confederación.
El principal eje de conflicto que sobrevoló la cumbre fue la homologación de paritarias. La central obrera llegó con el pedido de homologar los aumentos paritarios solicitados -el pedido de mayor peso es el que está peleando el Sindicato de Camioneros a cargo de Pablo Moyano con una suba del 45% para el próximo mes que aún no fue aceptado- pero se fue sin éxito. Según pudo reconstruir este medio, los representantes del gobierno nacional mantuvieron la línea que bajó el ministro de Economía, Luis Caputo, y advirtieron que no habrá ninguna homologación por encima de la inflación.
El otro de los puntos que circuló la reunión fue la discusión por la reforma laboral. El proyecto que el oficialismo puso sobre la mesa es el que está gestando el bloque de la Unión Cívica Radical, cuyo borrador planea entregar en las próximas horas. En el texto, además de preverse una extensión de los meses de prueba de tres a ocho, se eliminaría la limitación de las cuotas solidarias y la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo, dos de los puntos más sensibles para el sindicalismo. Con este guiño por parte del oficialismo, según fuentes de la Casa Rosada, la central obrera se mostró más abierta para analizar las actualizaciones del sistema laboral.
El proyecto que presentará el radicalismo no forma parte de la Ley Bases original, sin embargo se acordó que el texto, una vez aprobado por el gobierno, sea agregado durante el tratamiento en comisión y se vote en conjunto en el recinto.
Este jueves la CGT tendrá una nueva cumbre en la que definirá con toda su mesa chica si convocará o no a un nuevo paro general. Según informaron a Tiempo, el tema sobrevoló la extensa charla en el Salón de los Escudos, pero ninguna de las partes avanzó en amenazas ni reclamos para evitar suspender o activar la medida. “Fue una reunión muy amigable”, se encargaron de recalcar desde Casa Rosada para disipar los rumores de posibles desencuentros que generaron la salida anticipada de Guillermo Francos y Nicolás Posse de la reunión y de los sindicalistas sin ninguna declaración.
Las salidas tempranas, según advirtieron desde el gobierno, se debieron a que los ministros contaban con una agenda previa que debían respetar. La cúpula cegetista terminó el primer encuentro con la gestión libertaria junto al secretario de Trabajo, Julio Cordero, con quien terminaron de afinar los reclamos por las paritarias y lo relacionado a lo estrictamente laboral.
El encuentro comenzó puntual a las 16:30 y contó con la presencia del jefe de gabinete, Nicolás Posse, el ministro del Interior, Guillermo Francos y el secretario de Interior, Lisandro Catalán. Por parte de la CGT participaron Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (SOESGyPE); la sorpresa de la cumbre el secretario general de FEDCAM, Hugo Moyano, y los integrantes del consejo directivo nacional de la central obrera Andrés Rodríguez (UPCN); Gerardo Martínez (UOCRA); José Luis Lingeri (Obras Sanitarias); Marina Jaureguiberry (SADOP); Cristian Jerónimo (Empleados del Vidrio); Susana Benítez (SATSAID); Jorge Sola (Seguros); y Oscar Rojas (Maestranza).
Esta sería la última reunión que el oficialismo tendría con la oposición para avanzar en el tratamiento de la Ley Bases en el Congreso. Según el calendario que manejan desde Casa Rosada, el reducido proyecto podría entrar al recinto la próxima semana e iniciar su tratamiento en comisión a partir del 17 de este mes.