En los últimos 4 años de neoliberalismo en la Argentina, los feminismos nos cristalizamos como uno de los movimientos sociales con mayor capacidad de transformación y organización. Logramos concretar la unidad en la diversidad que la historia demandaba. Con potencia revolucionaria, vamos a transformarlo todo.
En este 4to Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y no binaries; seguimos politizando y ampliando nuestras demandas. Bajo la consigna “Vivas, libres y desendeudadas nos queremos” y #seraley expresamos la multiplicidad de opresiones que vivimos como colectivo: la patriarcal, la de clase y la de colonialidad.
La fortaleza de nuestro movimiento se expresa en los logros y las transformaciones ganadas en las calles. La conformación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y la garantía del nuevo debate parlamentario por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito son muestras de ello.
La llegada del gobierno nacional y popular vino acompañado con una fuerte impronta feminista que deberá, con el correr de los meses, estar acompañada de políticas centradas en la disminución de las desigualdades que sufrimos las mujeres y diversidades.
La deuda contraída con el FMI y los ajustes financieros realizados por el gobierno de Cambiemos afectaron específicamente a las mujeres y otras disidencias que accedemos desigualmente a los derechos y nuestra existencia toda. Las deudas que sufrimos como colectivo son amplias y diversas, estamos viviendo un momento donde es central el desarrollo de políticas públicas para que no nos sigan matando. Como sostuvo la reciente legisladora porteña Ofelia Fernández «Marzo lleva más femicidios que días»
Deuda es que el colectivo travesti-trans continúe con una expectativa de vida inferior a los 40 años, que aún no se garanticen derechos sancionados en la ley de identidad de género, que este año cumple 8 años desde su sanción.
Y deuda también es el reconocimiento de nuestros trabajos, productivos y reproductivos. Cuidar no que es instinto ni destino, sino un rol que nos es asignado por el patriarcado.
Como sostenía el imprescindible Germán Abdala en nuestro país el Estado es la única herramienta que tenemos los pueblos para velar y garantizar nuestros intereses, por lo que también salimos a las calles para que este el 2020 sea el año donde se materialicen las leyes y políticas públicas que venimos demandando en materia de cupo laboral trans, acceso a la salud del colectivo trans, prevención de la violencia machista, salarios para las tareas de cuidado, igualdad salarial entre géneros, subsidios para personas víctimas de violencia, creación de espacios de cuidados y ampliación de maternidades desde los 45 días y paridad en las licencias parentales.
Seguir generando sensibilización para la movilización masiva y mayores grados de representación junto con la discusión sobre el sistema capitalista y colonial son parte de los pendientes que tenemos. La calle es nuestra, el futuro es de todes.