La administración demócrata esta lanzada a dejarle a Donald Trump un regalo envenenado en uno de los ejes en que basó su campaña electoral, el de la guerra en Ucrania. Y mientras hacía una escala en la ciudad amazónica de Manaos en camino a Río de Janeiro, donde participará de la Cumbre del G20, Joe Biden se despachó con la autorización que tanto le reclamaba Volodimir Zelenski para utilizar misiles de largo alcance contra territorio ruso. Una peligrosa escalada bélica que empantana las negociaciones que pretende el mandatario electo con Vladimir Putin, quien ya había avisado en septiembre que de ocurrir algo semejante, “esto significará que los países de la OTAN, EEUU y de Europa están combatiendo con Rusia”. La decisión ya despertó críticas del entorno del empresario, que volverá a la Casa Blanca el 20 de enero próximo, y elevó las tensiones en la UE, que se encuentra en medio de lo que parece más bien una guerra interna estadounidense pero que se disputa en campos de batalla europeos.
Este cambio de estrategia -Zelenski venía reclamando la autorización para el uso de misiles ante la evidente derrota que sus tropas sufren en los frentes del Donbass y en su incursión en la región de Kursk– deja toda la impresión de una operación mayor pergeñada por lo que Trump llama el “Estado Profundo”. Esos organismos estatales que, enquistados en el Pentágono y la comunidad de inteligencia, controla los resortes de la política estadounidense, más allá de quienes estén en el Salón Oval. Contra ellos se enfrentó Trump en su primer período y ahora, más empoderado, espera destruirlos definitivamente. Las nominaciones en su gabinete -como la de la reservista Tulsi Gabbard en la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) o Pete Hegseth en la Secretaría de Defensa- crearon escozor en esos sectores. Y preocupación en el complejo militar industrial, el primer afectado a nivel bolsillo de una desescalada en el este europeo e incluso Medio Oriente.
Antecedentes
Ni bien se conoció el resultado del comicio, el FBI anunció que había desarticulado un supuesto atentado contra la vida de Trump que planeaban agentes iraníes. Durante la campaña, el entonces candidato sufrió dos intentos de homicidio. Luego del primero, el 13 de julio en Pensilvania, los demócratas sacaron de la competencia a Biden y nombraron apuradamente a su vice, Kamala Harris. El 15 de septiembre se produjo el segundo intento mientras jugaba al golf. Los dos atacantes eran nativos estadounidenses sin relación con ninguna organización extranjera. Los analistas consideraron que el informe sobre el plan magnicida iraní que se atribuye al afgano Farhad Shakeri era una primera jugada del Estado Profundo para embarrarle la cancha a la futura gestión contra Irán.
Ahora, el anuncio de que Kiev podrá utilizar misiles ATACMS provistos por EEUU contra Rusia y con alcance hasta la ciudad de Moscú, es interpretado como otro intento por dejarle una guerra abierta de la que la futura administración no podrá desembarazarse fácilmente. Y en esta interpretación de los hechos -sin dudas la mas razonable a esta altura- se sumaron desde el hijo presidencial, Donald Trump Jr. que escribió:
«Parece que el Complejo Industrial Militar quiere asegurarse de que se inicie la Tercera Guerra Mundial antes de que mi padre tenga la oportunidad de crear la paz y salvar vidas. Hay que asegurar esos billones de dólares. ¡Al diablo con la vida! ¡Imbéciles!»
The Military Industrial Complex seems to want to make sure they get World War 3 going before my father has a chance to create peace and save lives.
— Donald Trump Jr. (@DonaldJTrumpJr) November 17, 2024
Gotta lock in those $Trillions.
Life be damned!!! Imbeciles! https://t.co/ZzfwnhBxRh
Hasta el exdirector de la DNI durante el primer mandato trumista, Richard Grenell, quien señaló: «Ucrania dice que quiere una solución diplomática. Joe Biden dice que Ucrania ahora puede lanzar misiles a Rusia. Putin lanza más misiles. Necesitamos diplomáticos ahora«.
Ukraine says they want a diplomatic solution.
— Richard Grenell (@RichardGrenell) November 18, 2024
Joe Biden says Ukraine can now launch missiles into Russia.
Putin launches more missiles.
We need diplomats now. pic.twitter.com/o3Bus6bxnt
Elon Musk, futuro “desregulador estatal” de la gestión del republicano y dueño de la red X y de Tesla y Starlink, reposteó un mensaje del senador por Utah Mike Lee, que escribió, simplemente, «Los liberales aman la guerra. La guerra facilita un gobierno más grande».
— Elon Musk (@elonmusk) November 17, 2024
Entre los que celebraron a Biden estuvo Alexander Soros, el heredero del magnate George Soros. «Son grandes noticias», anotó, replicando la información del Wall Street Journal.
This is great news! https://t.co/RA4jD4w4ZR
— Alex Soros (@AlexanderSoros) November 17, 2024
En la UE, la noticia cayó como una bomba y seguramente será tema para tratar en Río entre el jefe de estado francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, en algún encuentro con Biden. Tanto el galo como el germano adelantaron que “nada cambió” luego del anuncio surgido de la Casa Blanca. Pero hay otro dato a tener en cuenta: el viernes Scholz mantuvo una entrevista telefónica con Putin. Amenazado en un frente interno complicado tras la renuncia de su ministro de Finanzas y el quiebre de la coalución de gobierno, debió adelantar las elecciones y nada augura su continuidad en el cargo.
El canciller quedó a contrapierna entre sus pares continentales. Alemania es el país que económicamente mas sufrió por la guerra entre otras cosas, por la voladura de los gasoductos Nord Stream que le llevaban combustible a bajo precio de Rusia. Ahora el país enfrenta una fuerte caída en la actividad y la amenaza de una recesión letal. Si la fiscalía que investiga el atentado a los ductos se decida minuciosamente, la mano de los demócratas saldrá a la luz.