«Sé que hay muchos escépticos, en especial en el Círculo Rojo, que dieron por terminado todo aquel día de las PASO. Pero yo creo que los argentinos entendimos que volviendo atrás no vamos a solucionar los problemas del futuro». La frase de Mauricio Macri fue precisa y por primera vez marcó la real dimensión de la ruptura de la relación del presidente con los empresarios más poderosos del país.
Macri les habló desde Corrientes –vía videoconferencia– a los empresarios reunidos en Mar del Plata para el Coloquio de Idea. El presidente cerraba la 55ª edición de ese evento, considerado el más importante del mundo empresarial, a la distancia y escenificando su enojo por lo que siente un abandono de los empresarios a su causa.
Del lado de los que estaban en Mar del Plata, también se puso en escena la distancia. Cuando llegó el turno de la alocución presidencial, el salón quedó semi vacío y los organizadores debieron levantar mesas y sillas para disimular el desaire.
Pero era imposible de disimular porque la mitad que sí se quedó en el salón se mostró apática y poco receptiva a los dichos presidenciales.
Esta actitud contrastó claramente con la manifestada por los mismos empresarios el miércoles, cuando ovacionaron de pie a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal.
Antes que Macri, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, también habló por videoconferencia con el auditorio de Idea, sólo que desde una oficina del Banco Mundial en Washington. Lacunza giró su intervención en torno a temas más técnicos, algunos vinculados a su viaje para encontrarse con los jefes del Fondo Monetario.
«Hoy, la Argentina no tiene un problema de liquidez, sino de solvencia», dijo Lacunza.
Hay que apurarse
Como señaló este diario, los empresarios, y especialmente los integrantes del Círculo Rojo, dieron por terminado al gobierno de Mauricio Macri ese mismo 11 de agosto. Comenzaron una intensa gestión para lograr acercar al candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, sus propuestas y necesidades.
No todos lo lograron. El candidato eligió cuáles de esos encuentros hacer públicos, como los que mantuvo con la Mesa de Enlace o los empresarios mineros. Otros quedaron en las sombras.
Las elecciones del 27 de octubre podrían cambiar esta situación. Entre los empresarios especulan que Fernández, ya ungido presidente, será más flexible en su agenda de encuentros con los empresarios y más específico en sus declaraciones respecto de los requerimientos que vaya recibiendo.
Opinan lo mismo de las principales espadas económicas que han acompañado a Fernández hasta ahora: Guillermo Nielsen, Matías Kulfas, Cecilia Todesca y Emmanuel Álvarez Agis.
Pero estos intentos deberán enfrentar no sólo la barrera que imponga la lógica partidaria. También tendrá en la vereda de enfrente el lobby de los sectores económicos y productivos que sí han logrado una relación muy cercana con Fernández. En ese lugar se ubica en primer lugar la industria que dio pasos sustanciales en favor de la candidatura de Fernández y especialmente de acompañamiento de la primera etapa de su plan de gobierno, basado en el pacto social.
La puesta en escena de esta dicotomía empresaria se vio la semana pasada: mientras en Idea los empresarios dialogaban con Vidal, en Villa Lycnh, en el partido de San Martín, Gran Buenos Aires, Kulfas era recibido con un nutrido aplauso por mil empresarios pequeños y medianos que se juntaron para escucharlo en ProTextil 19, el evento que reúne a toda la cadena de valor textil.
Kulfas planteó las propuestas de Fernández, especialmente la del pacto social y el impulso de las exportaciones, ante un auditorio que lo interrumpió con aplausos.
Antes, el presidente de la Unión Industrial (UIA), Miguel Acevedo, había caracterizado a la actual coyuntura como «difícil», aunque se cuidó de atacar en forma directa a la administración de Cambiemos.
Acevedo le reclamó a su auditorio: «Tenemos que tener mucha fe en el futuro».