El Plan Integral de Saneamiento Ambiental (PISA) llevado adelante por ACUMAR se puso en marcha en 2009 y fue el resultado de la movilización social de un grupo de vecinos afectados por su contaminación. Su reclamo llegó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y dio lugar al programa de recuperación ambiental más ambicioso de la historia de nuestro país, proyectado en un territorio con más de 5,5 millones de habitantes y dirigido a transformar aspectos centrales del área. El PISA abordó conflictos históricos presentes en la Cuenca, producidos por sus enormes problemas de contaminación y sus agudos déficits sociales y sanitarios.
Entre las líneas de acción implementadas, se destaca la puesta en marcha de un sistema de control ambiental para las más de 10.000 industrias presentes en el territorio al inicio del Plan (muchas de ellas en la clandestinidad), y la adecuación ambiental de aquellas que antes contaminaban. Además, la limpieza de cientos de basurales y megabasurales a cielo abierto en todos los municipios y el ordenamiento de la gestión de residuos municipales, la limpieza y mantenimiento de los márgenes del río y sus arroyos; la mejora del servicio de agua y saneamiento cloacal a partir de la construcción de plantas de tratamiento y de potabilización, y la ampliación de su red; el seguimiento de niños con exposición confirmada a plomo y la búsqueda de otras fuentes de contaminación y riesgo ambiental para la salud; la relocalización de familias fuera de sitios vulnerables y con riesgo cierto de inundación o contaminación; la creación de un nuevo espacio público asociado al río, por nombrar solo algunas acciones.
En este trabajo participan cooperativas, empresas, universidades, escuelas, organizaciones sociales, ambientales, de arte y cultura, además de las áreas de gobierno de las distintas jurisdicciones. Gracias a esta articulación fue posible implementar procesos a escala de Cuenca como la reconversión tecnológica de empresas, la puesta en marcha de una red de monitoreo ambiental y el diseño de nuevos marcos regulatorios. También se desarrollaron nuevas miradas sobre el ambiente y el paisaje, a través de programas de educación en escuelas y la promoción de su patrimonio y sus usos turísticos.
Como resultado, ACUMAR hoy constituye un organismo de referencia en temas ambientales y de gestión de cuencas hídricas en nuestro país y en la región.
Quienes firmamos esta nota queremos expresar nuestro reconocimiento y apoyo a los avances logrados a lo largo de los años por ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo) en la recomposición ambiental de la Cuenca.
Quienes firmamos esta nota venimos de todos los ámbitos de la Cuenca, y también de otros lugares, pero compartimos el interés por su proceso de saneamiento. Consideramos que la experiencia llevada adelante por ACUMAR logró revertir décadas de desinterés público por la recuperación de la Cuenca. E instaló la idea de un territorio conformado por áreas naturales y paisajes de un enorme valor ambiental y potenciales a desarrollar.
Numerosos temas todavía se hallan pendientes de resolución y el proceso está lejos de estar terminado. Pero consideramos que su plan de saneamiento y el rol de autoridad de Cuenca adoptado por el organismo constituyen un logro histórico que merece ser valorado, defendido y profundizado.
Futuro incierto
En los últimos días, distintas medidas tomadas por ACUMAR siembran profundas dudas acerca de su continuidad. Más de 400 trabajadores fueron despedidos desde el inicio de la gestión actual, provenientes de todas las áreas del organismo. Como resultado se debilitaron sus capacidades técnicas al punto de dejarlas inoperativas, echando a perder años de formación y de experiencia acumulada.
A través de esta nota solicitamos a las autoridades nacionales que se defiendan los avances realizados en la recuperación ambiental de la Cuenca. Les requerimos que preserven la experiencia y el conocimiento adquirido por parte de las distintas áreas técnicas del organismo y sus trabajadores.
En particular, solicitamos a las autoridades cumplir con el mandato adoptado públicamente desde la creación de ACUMAR, de llevar adelante un proceso de recuperación ambiental del territorio mediante la participación, el diálogo y la cooperación de todos los actores presentes en su territorio.
Consideramos que nuestro país no puede darse el lujo de echar a perder los años de inversión y experiencia acumulada en relación a la gestión de la Cuenca. No podemos perder la oportunidad de alcanzar objetivos perseguidos con tanto esfuerzo por el conjunto de la sociedad.
Se pueden enviar adhesiones a endefensadeacumar@gmail.com y a través la web. Ya plasmaron su adhesión organizaciones como Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos, Centro de Estudios del Habitar Popular (Departamento de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Avellaneda), Sociedad Iberoamericana de Salud Ambiental (SIBSA), Coordinación del Convenio ACUMAR–FAUBA (Profesores Ulises Martínez, Martha Bargiela, Daniel Tomasini), Foro Hídrico Lanús, Espacio Intercuencas, Asociación El Trapito, Nuevo Encuentro CABA, Partido Justicialista Comuna 4, Comisión de Vecinos de la calle Irala y Adyacencias, Vecinos Autoconvocados en Defensa de Santa Catalina, Centro Comunitario Copitos Asociación Civil, La Boca Resiste y Propone, Subsecretaría de Comunicación de la Municipalidad de Avellaneda, Diplomatura Internacional «Prácticas Cartográficas en América Latina», Instituto Argentino Gallego Santiago Apóstol, Asociación Civil Artistas de la Boca del Riachuelo, Archivo Audiovisual de la Municipalidad de Avellaneda, Cátedra Díaz Cortez (Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Universidad de Buenos Aires), Institute for Mediterranean Studies (IMS/FORTH), entre otras.
También hubo adhesiones particulares: Beatriz Mendoza (Secretaría de Salud, Municipio de Avellaneda), Gabriel Solano (Legislador CABA, PO-FITU), Vanina Biasi. Diputada Nacional, PO-FITU), Jaime Sorin (Decano del Departamento de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Avellaneda, CONICET), Antolin Magallanes (Presidente de Nuevo Encuentro CABA), Martín Capeluto (Director de la Maestría en Proyecto de Intervención en el Patrimonio Territorial, Urbano y Arquitectónico, EHYS, Universidad de San Martín), María José Lubertino (Red de Defensoras del Ambiente y el Buen Vivir), Fabio Oliva (Cuenca en Red), Laura Malosetti Costa (Directora de la Escuela de Arte y Patrimonio – UNSAM), Pedro Delheye (Fundación Ciudad de la Plata), María Pia López (investigadora y docente), Alejandra Fenochio, Fabio Márquez, Luis Gusmán (escritor), entre otras.