No se juega más en Chile: la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) decidió la finalización del torneo local, cuando faltaban cuatro fechas, y proclamó campeón al líder Universidad Católica, en el marco del estallido social que aún perdura en el país con el presidente Sebastián Piñera en aprietos.
El resultado de la votación en el Consejo de Presidentes de la ANFP fue de 42-5. El 22 de noviembre se había reanudado el torneo de Primera División justo el fin de semana que debía jugarse la final de la Copa Libertadores en Santiago. Y un partido se suspendió por incidentes y en otro hubo un minuto de silencio espontáneo de los futbolistas en homenaje a los más de 20 muertos por las protestas.
La inactividad, que ya llevaba cinco semanas, se resolvió con un punto final. No hay antecedente en el fútbol chileno de un torneo de Primera terminado antes de tiempo. Quedará pendiente a determinación del Consejo ascensos y descensos, la asignación de los clasificaciones a copas internacionales, y el formato de las diferentes competencias para 2020 y 2021. De momento, no habrá ni ascensos y descensos, y Deportes Iquique y Universidad de Concepción se quedarán en Primera. Esta determinación benefició a Universidad de Chile, un grande de ese país, que tenía 24 puntos, al igual que Universidad de Concepción. U de Chile, de igual modo, había alcanzado a jugar 67 minutos del partido frente a Unión La Calera, y el empate le daba un punto más.
El fútbol, en ese sentido, desempeñó un rol central, tanto de parte de los futbolistas de la selección como de los hinchas en las protestas callejeras en todo Chile, incluso con las barras de Colo Colo y Universidad de Chile unidas. Los jugadores de la selección, capitaneados por Gary Medel y Arturo Vidal, decidieron no jugar un amistoso ante Perú en Lima en la fecha FIFA. En medio de la profunda crisis social y el levantamiento popular también los futbolistas de Colo Colo lanzaron una convocatoria para un cabildo abierto dentro del club con el fin de reflexionar, conversar y elevar propuestas para cambiar un sistema desigual que explotó luego del último aumento de las tarifas en el precio del Metro de Santiago.
En un punto, la crisis social en Chile había sido advertida por un futbolista: Nicolás Maturana, de Universidad de Concepción, se pronunció en abril en contra del cambio obligatorio de los medidores de electricidad, del tarifazo de la luz. “Y también mandarle un saludo al gobierno, que ojála no nos cobre los medidores a la gente pobre de todo Chile porque no tiene el dinero para hacerlo -dijo ante la cámara, después de ser elegido como figura de un partido-. Creo que es un robo: 40 lucas para un ‘tatita’ que vive solo y gana su pensión de 100 lucas, que es una miseria, es sobrepasarse de los niveles de poder que hay en este país. Ojála el gobierno de Piñera piense en el tema”. Piñera no lo pensó. Y el fútbol, ahora, terminó.