Tras un pacto tomado por histórico por sus firmantes, el expresidente y dirigente de la derecha de Bolivia Jorge “Tuto” Quiroga decidió cortarse solo, en una jugada que amenaza con dividir y debilitar a la oposición de cara a las elecciones de agosto de 2025. Un día después de acordar con tres de los principales referentes del espectro opositor al gobernante Movimiento al Socialismo, aseguró que presentará su candidatura de manera «irreversible», a pesar de que en el acuerdo de “Unidad de la Oposición Democrática” se había resuelto elegir a un candidato por consenso en las próximas fechas.

«Yo soy candidato a presidente irreversiblemente. Voy con todo, voy con fuerza», dijo Quiroga, luego de que previo a la reunión afirmaba unirse con el resto de opositores para presentar un acuerdo que implicaba «renunciar a aspiraciones personales en favor de un bien común». Quiroga está convencido de tener la oferta de «claridad» y «firmeza» que, a su entender, Bolivia necesita en estos momentos y no cerró ninguna puerta a todas aquellas fuerzas que quieran trabajar en torno a su candidatura.

Uno de los principales dirigentes del pacto, Samuel Doria Medina, consideró que es un “error” la postura de Quiroga. «Firmar un documento en la mañana y en la noche decir ‘no lo voy a cumplir’ es sepultarse políticamente», dijo.

«La unidad es un proceso difícil, frágil. Ha sido una demanda de la sociedad, hay que cuidarla día a día», afirmó en una entrevista televisiva. En ese sentido, pidió a la población que no vote a los “grinch” que buscan «sabotear» este proceso.

Doria Medina recordó que el acuerdo no definía quién sería el candidato, sino el compromiso a apoyarlo una vez fuera elegido, para lo cual se barajan diferentes fórmulas, ya sea por encuestas o elecciones primarias. «Lo importante es la voluntad de no dividir el voto», afirmó.

El miércoles pasado Quiroga, Doria Medina, el también expresidente y excandidato en 2020, Carlos Mesa, y Efraín Suárez -en representación del encarcelado Luis Fernando Camacho- presentaron un acuerdo de unidad con el que esperan derrotar al MAS, que lleva en el poder casi 20 años y vive su propia interna entre Luis Arce y el expresidente Evo Morales. Las primeras grietas del pacto de derecha comenzaron a aparecer con la alianza de Quiroga con el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), rompiendo así su tradicional alianza con Comunidad Ciudadana de Mesa.

Camacho, gobernador electo de Santa Cruz y acusado como partícipe en el caso Golpe de Estado I por terrorismo, cohecho activo, uso indebido de bienes del Estado y otros delitos cometidos en noviembre de 2019 que forzaron la renuncia de Morales y abrieron paso al gobierno de facto de Jeanine Áñez, había celebrado eufóricamente el acuerdo en redes sociales. Desde su celda pidió coordinar y conversar sobre la unidad, y asumió el compromiso de terminar la “histórica fragmentación de la oposición” para derrotar al MAS.

También arengó con el mensaje de que “se trata de un acuerdo firmado por cuatro fuerzas políticas y sus respectivos líderes, pero es un proceso abierto a todos los líderes y fuerzas que sean opositoras al masismo que quieran participar en esta gran cruzada para recuperar la democracia”.

Afirmó que “no se trata de una Alianza Política con fines electorales. (…) Lo que hemos firmado es un acuerdo, pedido por la gente, para que llegado el momento, podamos presentar un candidato único de la Oposición Democrática y derrotar en las ánforas al masismo y sacar al país de la crisis”, señaló. Un deseo que ahora se pone en duda con la jugada solista de Quiroga.  «

El pedido de captura de Evo

La Policía de Bolivia aún no recibió la orden de detener a Evo Morales, pese a que el jueves la fiscalía emitió una alerta migratoria y un pedido de captura contra el expresidente por un supuesto delito de trata de personas al haber mantenido una relación con una menor en 2015.
No obstante, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, pidió el viernes al fundador del Movimiento al Socialismo que dejara “de victimizarse” y responda “ante la Justicia”. Para Ríos, “no se trata de una persecución política, o de un proceso político, como lo señala el señor Evo Morales y sus dirigentes, se trata de un delito que tiene como víctima a una menor de edad; además, se presume que existen otras víctimas. Debe responder de manera personal ante la Justicia”, dijo.