Los empresarios metalúrgicos advierten que no están en condiciones de pagar el bono de $5.000 que acordaron el martes el gobierno nacional, la CGT y la dirigencia corporativa para los trabajadores del sector privado.
La administración de Cambiemos lanza esa medida como un intento por recuperar consumo. Pero si bien cuenta con la rúbrica de los empresarios los propios hombres de negocios que trabajaron en el texto que se publicará en el Boletín Oficial advierten que no van a pagar.
Los pymes remarcaron que las empresas no cuentan con fondos para cubrir esos pagos y reclamaron alternativas.
Además acusaron a las grandes industrias de provocar conflictos internos en los niveles más bajos del sector productivo.
Este miércoles el presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica Argentina (Camima), José Luis Ammaturo, reclamó a las autoridades que evalúen “distintas alternativas para poder concretar” el pago.
Ammaturo declaró que “los empresarios pymes entendemos que se debe atender la pérdida del poder adquisitivo de los salarios en el contexto actual del país, pero a muchas pymes se les dificulta afrontar el pago de este bono extra”.
En concreto Camima se refirió a “un ámbito de negociación entre trabajadores, empleadores y el Estado, para evaluar las distintas alternativas que permitan pagarlo sin perjudicar la delicada situación de las pymes”.
La posición de las pymes metalúrgicas es que “se debe intentar mantener el delicado equilibrio entre sostenimiento de salarios y sostenimiento de los puestos de trabajo, por eso instamos al Gobierno a abrir una mesa de diálogo que nos permita mejorar el poder adquisitivo sin perjudicar la endeble situación de las empresas”.
Grandes industriales en la mira
Después de negociar el bono con las autoridades políticas y los gremios, el vicepresidente de la UIA y referente de las alimenticias, Daniel Funes de Rioja, definió que “no es un bono sino una compensación a cuenta de futuros incrementos de carácter extraordinario”. Además remarcó que es de carácter no remunerativo y que va “todo al bolsillo del trabajador”. En esa línea informó que “se podrán establecer modalidades de pago a través de cuotas y posibilidades de las pymes”. Y si hubiera impactos ulteriores, sumó, “hay mecanismos dentro de la ley además de la intervención del Ministerio”.
Sin embargo las pymes apuntaron que los empresarios que firmaron el bono forman parte de una dirigencia que no los representa.
Una de las cámaras metalúrgicas más importantes del ámbito local consignó a Tiempo que en las fábricas se empieza a caldear el ambiente porque las bases se acercan todos los días a los directivos para preguntar por el pago del bono.
Un importante dirigente del sector señaló que “más allá de que se entiende la necesidad muchas de nuestras empresas están sin caja porque no hay ventas. No es que no se quiera pagar. Los laburantes necesitan ese plus y se empiezan a crear climas horribles dentro de las fábricas, la gente se acerca a pedir el bono y se enrarece el ambiente”.
Para este empresario la idea del gobierno parte de un concepto equivocado: “No es la manera de poner plata en el sistema. Eso se debería hacer con fondos para las jubilaciones y por medio de las asignaciones. La que termina acordando es la UIA que no nos representa. Al contrario, genera conflicto interno porque muchas empresas no tienen delegados”.
Por el lado de las fábricas de electrónicos la opinión sintoniza. A la espera de la letra chica del acuerdo, el presidente de la asociación de fábricas de electrónicos AFARTE, Federico Hellemeyer señaló a este medio que «en un contexto como el actual, el pago de un bono puede complicar a las empresas, particularmente a las más chicas”.