Las próximas elecciones al Parlamento Europeo de esta semana marcarán un punto de inflexión crucial para el futuro del proyecto comunitario. Según la última encuesta de Euronews, se prevé un giro a la derecha de la nueva cámara, con los euroescépticos y partidos de ultraderecha como gran amenaza.
La irrupción de voces como la del presidente argentino Javier Milei, que acudió a respaldar en campaña al ultraderechista Vox en España, es un síntoma más de la ola reaccionaria que azota al continente. Sus discursos cargados de odio, sus constantes descalificaciones y su desprecio por las minorías son un espejo deformado de los valores que deben regir una sociedad democrática.
Esta escalada ha sido posible por la parálisis del ascenso social, las tensiones migratorias y el malestar social enquistado, caldo de cultivo perfecto para que los movimientos radicales siembren sus propuestas excluyentes y simplistas. Soluciones mágicas a problemas complejos, señalando chivos expiatorios y alimentando las “tristes pasiones” de la población.
Para revertir esta situación, las fuerzas progresistas tendrán que remar a contracorriente. Todo apunta a que la derecha radical liderada por Marine Le Pen y por Giorgia Meloni, partió con ventaja. La izquierda necesita responder con movilización y demostrando capacidad de ser intérprete de los signos de cambio social. El nuevo nacionalismo y la xenofobia han calado con fuerza y una respuesta a la altura se impone.
A esto se suma el riesgo de que la gran coalición de populares y socialistas se resquebraje, con los conservadores moderados tendiendo puentes con los ultras. Por ello, el Partido Socialista Europeo marcó una línea roja: nunca pactará con la extrema derecha, como Vox, ni con sus socios, en defensa de los valores fundacionales de libertad, igualdad, Estado de Derecho y democracia.

Contrapunto
Para hacer frente a los cantos de sirena de líderes extremistas como Le Pen, Meloni o Milei es imperativo que las fuerzas progresistas y socialdemócratas —a ambos lados del océano— enarbolemos un discurso firme en defensa de la razón, la tolerancia y la justicia social. Debemos apostar por un proyecto integrador que promueva la igualdad de oportunidades, la protección de los Derechos Humanos y el Estado de Derecho.
En este sentido, líderes como el presidente del gobierno español Pedro Sánchez y la secretaria del Partido Democrático de Italia Elly Schlein emergen como un contrapunto necesario con su apuesta por la transición ecológica, el refuerzo del pilar social europeo y la defensa de la diversidad cultural. Un proyecto que aúna la igualdad de oportunidades y los Derechos Humanos.
En esta cita con las urnas, los demócratas y progresistas tenemos la responsabilidad histórica de frenar el avance de la intolerancia y el autoritarismo. Solo apostando por un proyecto común de progreso, justicia social, sostenibilidad y respeto mutuo podremos preservar una Unión Europea en paz, unida en su diversidad. En juego está el legado ilustrado de Europa, baluarte de la razón frente al odio y la intolerancia.

Renuevan 705 bancas de 27 países

Entre el jueves 6 y el domingo 9, se votará para renovar las 705 bancadas del Parlamento Europeo, distribuidas entre los 27 estados miembro. Ningún país tiene menos de 6 ni más de 96, que son los que corresponden a Alemania; 79 son franceses, 76 italianos y 59 españoles, entre los que tienen  mayor representación.

De ellos, sólo los españoles pueden votar fuera del territorio propio: en la Argentina, en la embajada y los consulados.

Irlanda, tras el Brexit, es el único del Reino Unido que pertenece a la Unión Europea y aporta 13 diputados. Malta, Luxemburgo y Chipre tienen seis representantes y son las naciones con más chica representación; dos menos que Letonia y que Eslovenia, y tres menos que Lituania. Los 14 eurodiputados de Dinamarca se votarán el primer día de sufragios, el jueves. Al día siguiente, lo hará Irlanda. El caso de República Checa (21) es particular: las urnas se abren el jueves y se cierran el sábado, cuando también se votará en Letonia Malta, Eslovaquia e Italia. El resto de los países, elegirán sus representantes   el domingo.

La sede más importante del Parlamento es el denominado Hemiciclo de Bruselas. Las otras salas parlamentarias se encuentran en Estrasburgo y en Luxemburgo. En el último periodo estuvo presidido por la alemana Úrsula von der Leyen, del PP Europeo: se volvió a postular y es probable que retenga su sillón.