Los trabajadores del neumático y su sindicato –el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino, Sutna– obtuvieron un resonante triunfo en su lucha salarial de cinco meses. Horas después de la firma del acta, Pablo Moyano, el único triunviro de la CGT que se solidarizó con ellos, fijó su propio reclamo para la revisión paritaria al pedir un piso del 95% y advertir que «el paro del Sutna va a ser un poroto si no nos dan lo que reclamamos».
El efecto real de este conflicto sobre el resto de las paritarias y la actitud que van a tomar los trabajadores y sus conducciones gremiales es todavía incierto. Pero las expresiones de Moyano son el emergente de un fenómeno más general que ya empieza a expandirse hacia otros segmentos de asalariados.
En los próximos días, los docentes universitarios pondrán a prueba la simpatía que manifestaron con el Sutna en su propia medida de fuerza que tiene el propósito de mejorar su acuerdo, que apenas acumula un 61% entre 2021 y 2022, y que ya produjo la escisión dentro del sindicato Conadu, con gremios que se sumaron al plan de acción de la otra federación, la Conadu Histórica.
En este clima, los bancarios obtuvieron un acuerdo del 94,5%, similar al de los perfumistas que sellaron el viernes su nueva revisión. Es el mismo clima que habilitó el adelantamiento de la cuota del 10% de la paritaria de los estatales nacionales desde marzo del año que viene a noviembre, con lo que impacta en el valor del aguinaldo de diciembre, junto con la entrega de un bono de $ 30.000. ATE ya advirtió que con esto «no alcanza» para superar la inflación.
Trabajadores de prensa de Comodoro Rivadavia, conmovidos por el conflicto del neumático, exteriorizaron su reclamo de mejoras en las condiciones de trabajo, en un video en el que dicen «todos los días damos a conocer la realidad y hoy queremos mostrar la nuestra». El miércoles, la Federación de Trabajadores de Prensa impulsa un cese de tareas de alcance nacional por la revisión de su paritaria.
El rol de la CGT
El acuerdo que los obreros del neumático aprobaron por unanimidad el viernes, en una masiva asamblea general encabezada por su secretario general, Alejandro Crespo, fija una mejora de dos puntos contra la inflación para el período 2021-2022 y una garantía de que no perderán contra la suba de precios hasta julio de 2023 cuando, además, obtendrán un aumento adicional del 10% sobre los salarios de julio de 2022.
Para la conducción de la CGT, el desenlace resulta, por lo menos, incómodo toda vez que impulsó una intervención del gobierno en el sentido de aplacar el reclamo del Sutna y más, en general, abonó en favor de su aislamiento. No pueden, por lo tanto, atribuirse los resultados y, al mismo tiempo, deberán lidiar con el posible impacto que ese método ejerza sobre sus propios representados.
En momentos en los que la carestía gira en torno del 100%, la cláusula de actualización automática por inflación, que quedó plasmada en el acta, resulta una demostración de que es posible cubrir a los trabajadores contra la suba de los precios. No es casual que el comunicado de prensa que difundió el Ministerio de Trabajo omitió este punto señalando escuetamente que «ambas partes se comprometen a mantener el poder adquisitivo de los salarios del sector».
El conflicto del Sutna y las empresas del neumático fue un revulsivo que avivó la interna en la CGT, que ya venía caldeada por las diferencias ante la inflación y las políticas oficiales para combatirla. El amague de ruptura de la conducción cegetista por parte de Pablo Moyano no prosperó porque él mismo encabeza una suma de fuerzas que tampoco tiene una orientación común.
De cualquier manera, las diferencias se acentuaron en el triunvirato que Moyano comparte con Héctor Daer y Carlos Acuña. Los próximos meses dirán qué pasará.
Apunten al Sutna
El conflicto fue uno de los temas de discusión en la reunión que la cúpula de la CGT, sin Moyano, mantuvo con el presidente Alberto Fernández a quien le reclamaron una intervención más decidida para poner fin al diferendo. Al día siguiente, un presto ministro de Economía anunció la habilitación a las fábricas para que importen neumáticos para abastecer a la industria automotriz si el diferendo no tenía una solución. Sergio Massa fue más allá y caracterizó que la conducción del Sutna tomaba de «rehenes» a toda la sociedad y los caracterizó como «caprichosos».
Los medios de comunicación más poderosos consideraron que el Sutna estaba llevando a cabo un «paro salvaje» cuando, desde el miércoles 28, comenzó el cese de tareas por tiempo indeter-minado. Soslayaron que los reclamos y las medidas de fuerza fueron resueltas en asambleas generales y que, además, respetaron la conciliación obligatoria cuando fue establecida por la cartera laboral. En cambio, no dijeron nada del lock out ilegal que inició la japonesa Bridgestone y que amenazó con retirarse del país.
La presión, sin embargo, no logró quebrar la huelga que terminó consagrando lo que todos los trabajadores asalariados anhelan y que, en rigor, había prometido el gobierno: que el salario no pierda en la carrera con los precios e incluso que se revierta la tendencia actual y se recupere el poder adquisitivo. Según datos oficiales, el salario del sector privado perdió un 21,7% de su poder adquisitivo desde diciembre de 2015. «
El debate que quedó planteado
Uno de los puntos que reclamaban los trabajadores era el de recuperar una compensación por su trabajo los fines de semana. En el gremio rige la semana americana por la que trabajan siete días consecutivos para luego gozar de dos francos, con lo que apenas obtienen, con suerte, un fin de semana íntegro al mes de descanso. A ese régimen se agrega la rotación de turnos (mañana, tarde y noche) que afectan profundamente la vida familiar.
Las empresas se negaron a restablecer el pago del 200% del valor de la hora común, algo que existía en el convenio hasta su modificación en los años 90. Eso fue compensado con el bono de $ 100 mil y la mejora del salario real.
El conflicto expuso las duras condiciones de trabajo del sector, donde prima el esfuerzo físico y el manejo de sustancias tóxicas. Los problemas de salud son moneda corriente.