El gobierno confirmó que la tercera etapa de la asistencia extraordinaria de los ATP no incluirá el subsidio para el pago del medio aguinaldo a las empresas del sector privado. Esto fue después de imponer el escalonamiento del pago del aguinaldo a los empleados públicos nacionales. Esa misma política se trasladó, entre otras, a la Provincia de Buenos Aires y a la Ciudad de Buenos Aires, y, además, podría aplicarse en la banca pública también.
Ambas definiciones podrían allanar el terreno para que el sector privado incumpla la ley, que obliga a pagarlo el 30 de junio.
Según pudo saber Tiempo, dirigentes de la UIA intentaron sin éxito avanzar en un nuevo acuerdo con la CGT que permita el escalonamiento en hasta tres cuotas.
El supuesto desaire de la conducción cegetista, que ya sufrió un fuerte desgaste a partir de la firma y renovación del acuerdo que habilita descuentos salariales de hasta un 25%, llevó a la cúpula de la UIA a la táctica de explorar acuerdos sectoriales que, por el momento, no han salido a la luz pero que recibieron un espaldarazo a partir de la decisión oficial de segmentar los pagos de sus propios empleados.
De hecho, Mario Grinman, titular de la Cámara Argentina de Comercio, señaló a Tiempo que «no hemos podido acordar con el sindicato. Hicimos una propuesta pero no hemos tenido devolución». Sin embargo, adelantó, «con o sin acuerdo del sindicato y por imperio de la realidad, el aguinaldo se va a cuotificar».
Desde la conducción de la UIA, Daniel Funes de Rioja señaló que «el tema del aguinaldo está muy complicado. Una encuesta de la UIA indica que el 46% de los empresarios no lo puede pagar o lo puede hacer parcialmente».
El informe, realizado entre el 3 y el 10 de junio sobre más de 700 empresas, destaca que la dificultad para cumplir con la normativa se fundamenta en que «el 33% de las empresas enfrenta caída de las ventas por encima del 60 por ciento».
En el texto señala que «las empresas siguen forzadamente endeudadas debido al corte de la cadena de pagos y a la caída de la facturación. Hay un elevado porcentaje de empresas con atraso en impuestos (41%), en compromisos financieros (29%), en pago a proveedores (27%) y en tarifas de servicios (18%)» y, continúa, «el 24% tiene más de 30% de su cartera de cheques en esta situación».
A la vez, celebra el otorgamiento de ATP que «redujeron las dificultades» ya que «sólo un 3% presentó dificultades para el pago de salarios en mayo», aunque, insiste, «la mitad de las empresas tendrá dificultades para afrontar el pago del medio aguinaldo».
Sobre el punto, Funes de Rioja señaló que «la posición del gobierno nacional es firme. Para el sector privado ya está claro que no cuenta con el ATP para el aguinaldo». Por eso, confirmó, «estamos planteando a cada gremio, en virtud del artículo 21 de la ley de pymes, negociar el pago en cuotas porque no queremos incumplir». Es que, reconoció, «pueden venir multas o paros y no estamos para ese tipo de tironeos».
Para los dirigentes, la decisión del gobierno nacional de escalonar él mismo el beneficio podría representar un aval implícito.
De hecho, Funes de Rioja se preguntó: «¿Por qué el Estado fracciona el aguinaldo y uno que está en la misma fuerza mayor no lo puede hacer? Tiene que haber un mismo criterio». El titular de la CAC aclaró que «no lo vemos como un aval sino como un reconocimiento de la realidad. Si el Estado que imprime los billetes no lo puede pagar, ¿qué se puede esperar de un privado?».
Desde Apyme, Eduardo Fernández bregó por una asistencia dirigida: «Comprendemos que el Estado no es un barril sin fondo y que sus recursos empiezan a resentirse por la falta de actividad. Hay que precisar a qué empresas apoyar». El dirigente reconoció que «estamos esperando que el sistema financiero acompañe. Ha actuado sólo cuando el BCRA le ha ofrecido las garantías».
La variante del financiamiento para afrontar el pago, para Funes de Rioja, sin embargo, no resuelve el problema: «El camino de los créditos es inviable porque las pymes, donde está el problema más grueso, están muy mal calificadas. Están endeudadas hasta las orejas y con tasas siderales».
Así las cosas, con paritarias congeladas y el aguinaldo en terapia intensiva, los trabajadores corren el riesgo de, otra vez, cargar con el peso de la crisis.