La protesta contra el aumento de tarifas no reconoció un epicentro. Por el contrario, fue una manifestación popular en el que la gente salió a quejarse en cada uno de sus barrios. El «ruidazo», como se denominó la convocatoria formulada a través de las redes sociales, fue justamente eso: una invitación a que los vecinos se expresaran con cacerolas, cornetas, banderas y a viva voz.
El reclamo se produjo el miércoles, horas después de que fracasara la sesión especial en la Cámara de Diputados, en la que la oposición estuvo al borde de lograr quórum para debatir los tarifazos dispuestos por el gobierno (ver página 6). Los cruces entre legisladores oficialistas y opositores calentaron la jornada y sirvieron de prólogo para el sonido de las cacerolas.
En la ciudad de Buenos Aires hubo concentraciones en puntos céntricos como el Obelisco y la esquina de Callao y Corrientes, pero también en barrios del norte de la ciudad, como Belgrano y Palermo; del centro, como Caballito y Villa Crespo; y del sur, como Barracas y La Boca. En el Conurbano hubo cacerolazos en Avellaneda, Morón, Ramos Mejía, Quilmes, Lomas de Zamora y Berazategui, según consignó la agencia Télam. También hubo manifestantes frente a la quinta presidencial de Olivos, donde fue bien visible la presencia de fuerzas de seguridad.
En el resto del país también hubo protestas. Las más visibles fueron en Córdoba, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Mendoza, Misiones, Neuquén, La Pampa, Salta, San Juan, Santa Fe y Tucumán.
La coordinación fue motorizada por la Multisectorial contra el Tarifazo, un encuentro de dirigentes gremiales, de organizaciones de consumidores y representantes de empresas cooperativas, recuperadas y de la economía social. Hubo un explícito respaldo de gremios y movimientos sindicales, como la CTA, Camioneros y Suteba. Otras agrupaciones sociales y políticas, como Barrios de Pie, el CTEP y el FIT, estudian sumarse a futuras iniciativas de este tipo.
«Nosotros hablamos de tarifas de servicios públicos como Derechos Humanos. Deben ser justas, razonables y no confiscatorias. Tenemos fallos de la Corte Suprema que dicen que deben ser proporcionales al salario de las personas. Hoy la gente nos viene a decir que no puede pagar», sostuvo Andrea Manzi, de la Red Nacional de Multisectoriales.
Las movilizaciones continuaron al día siguiente con una marcha al Congreso (que también tuvo réplicas en varias ciudades del interior del país) en la que todos los participantes llevaban velas encendidas, como símbolo de lo que tienen que hacer muchas familias para paliar la exorbitantes suba en el precio de la electricidad. «Nunca en la República Argentina ha habido aumentos en las tarifas de luz que llegan hasta el 2800%», señaló Pedro Bussetti, titular de Deuco (Defensa de Usuarios y Consumidores). «