Si algo no tuvimos en este año descarado (o con media cara, tapada en buena parte por el barbijo) fue precisamente rejunte: pasamos casi todo el tiempo entre aislamientos y distanciamientos, incluso lejos del “toco y me voy”. Porque, estaba prohibido tocarse y mejor era no salir de casa. Lo que sigue a continuación es mi rejunte de noticias 2020.
*Se llamaba Alejandro Ariel Hakim, tenía 59 años, era médico y desde hacía siete años ocupaba el cargo de jefe de obstetricia del Hospital Ramos Mejía, a la par de estar al frente de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires (SOGIBA). Recibido en la UBA en 1986, docente de su especialidad en la carrera de Medicina, llevaba más de 30 años de carrera hospitalaria como médico municipal. Murió en la calle el jueves 3 de diciembre, paradójicamente el día del médico, con el delantal de trabajo puesto, participando junto a sus compañeros de una jornada de lucha reclamando por la permanente reducción del presupuesto de salud y exigiendo “paritarias dignas ya”. Muerte esencial si las hubo, la del doctor Hakim.
*En la provincia de Mendoza, Ana Gabriela Blanco, recibida en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo, para su ceremonia de grado eligió jurar por la Matria (y por su honor) en lugar de jurar por la Patria. Fue a fines de noviembre y la Universidad celebró públicamente este acto de disidencia y de ampliación de derechos, aclarando, de paso, que desde 1966(y más adelante, con un único antecedente en 2006) en esta universidad pública no se revisaban estas fórmulas. Así recibió la noticia el Consejo Superior: “Jurar por la Matria es jurar por todas aquellas mujeres, históricas y contemporáneas, que han hecho a la construcción de esta Nación y es también jurar por nuestra tierra y por la madre naturaleza… es jurar desde una perspectiva de género y con una visión latinoamericana”. En su carta cultural llamada Diez Palabras, Marcela Basch citó el caso y en su texto recuperó un fragmento de un tema de Caetano Veloso: “Ya no tengo patria, tengo matria. Y quiero tener fratria”.
*Uno de los grandes argumentos ideológicos del macrismo fue que sus políticas neoliberales y de derecha iban a tener la condición de reinsertarnos en un lugar del mundo que merecíamos ocupar. Sorprende que uno de los caminos para alcanzar ese loable objetivo haya sido, autorizar por decreto, la importación de basura y residuos de otros países. La sucia, fea y mala autorización de la ex administración fue derogada, en el mes previo a la iniciación de la pandemia. Menos mal. Mientras no acertábamos qué hacer con la que generamos nosotros, admitimos la entrada de basura ajena. Según datos provenientes del actual ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable fueron millones las toneladas entregadas por los países más poderosos y arribadas en containers atestados de “chatarra ferrosa, rezagos de papel y cartón, plásticos, vidrios rotos y cascotes”. O sea que, mientras se alardeaba de que nos estaban colocando en un destino de privilegio, nuestro país fue el basurero del mundo, a través de envíos que pasaban nuestras fronteras sin inocuidad sanitaria ni ambiental. Por supuesto, eso resintió la tarea y los intereses de las cooperativas que viven de la recolección. A los cartoneros se los pretende redimir con un eufemismo: “recicladores urbanos” los llaman. Ese engaña pichanga no los dignifica. Lo mejor sería que dejáramos de naturalizar que más de 150 mil compatriotas viven de lo que otros tiramos. Tendríamos que hacer conciencia de que nadie nació para cartonero y pensar y repensar como conseguirles trabajos genuinos.
*El VAR (Video Assistant Referee: en sencillo, árbitro asistente desde el video) es para el fútbol que conocemos y amamos un verdadero atentado. Lo poco que le quedaba al más bello deporte colectivo del mundo, en su principal concepto “panzeriano” (Dinámica de lo impensado) lo está terminando de demoler esta presunta ayuda tecnológica. Hay inventos e inventos. Este es un castigo a la autenticidad y la espontaneidad del juego. Hasta ahora había uno, dos, tres jueces que podían equivocarse, y lo hacían con frecuencia. Ahora los que se confabulan para opinar y pifiar son cuatro, cinco o seis. Mas temprano que tarde, las penosas interrupciones a la que somete el VAR también llegarán al mediocre, aunque querible fútbol local. Mientras tanto, al lado de la tristísima postal de estadios vacíos de hinchas, resaltan esos gabinetes ocupados por expertos que igual que nosotros, lo miran por TV. Pero, con una ventaja: tienen la potestad de determinar resultados con procedimientos tecnológicos. Pobre del fútbol. Y que lástima que el Diego ya no está para burlarse en su estilo.
*“Nosotros hablamos de la vacuna de Pfizer y no decimos la vacuna norteamericana; hablamos de la vacuna de AstraZeneca y no le decimos la vacuna británica. En cambio, hablamos de la vacuna rusa y la vacuna china. Todas las vacunas tienen un nombre y no necesitamos utilizar la mención de su país de origen”. Así, con dignidad y lucidez se expresó el doctor Pedro Cahn, prestigioso infectólogo, director de la Fundación Huesped y uno de los especialistas destacados dentro del Comité de Expertos que sigue asesorando al gobierno nacional. Durante el año, cuando los opositores a todo hablaban de “la dictadura de los infectólogos” y de ese modo intentaban degradar su rango científico recibió un cálido apoyo de dos jóvenes y brillantes conductores de la señal C5N, Lucila Trujillo y Diego Iglesias. Ellos militaron la experiencia y credibilidad del doctor fundando una agrupación: La Pedro Cahn, a la que, al menos, yo, me afiliaría. El especialista enfrentó los destratos con serenidad y tomó con humor que muchos lucieran su imagen en una remera. Un anónimo del sexo masculino, que por su gracia merecería sumarse a la agrupación, publicó un meme excelente: “Si me dan a elegir, me quedo con la vacuna de Pfizer porque a ese laboratorio le debo mucho: ellos patentaron el Viagra”.
*A los lectores y a todos los compañeros que hacen Tiempo Argentino, que el 2021 les llegue, con felicidad, rejuntaos y vacunados. «