El año electoral ya está en marcha en la Provincia de Buenos Aires. Aunque aún resta definir cómo se votará y si habrá PASO, oficialismo y oposición ya sacan cuentas y se preparan para la contienda que se dará en la Legislatura bonaerense, que renovará 69 bancas en los comicios de medio término. Son 46 en Diputados y 23 en el Senado. Será una elección clave para el gobernador Axel Kicillof porque se definirá la composición legislativa con la que encarará sus últimos dos años de mandato y se proyectará hacia 2027. También será clave para la oposición, especialmente para los libertarios y sus ambiciones de conquistar el territorio bonaerense.

Todas las fuerzas políticas arriesgan bancas en este turno electoral. Los escaños que se renuevan son los de los legisladores que asumieron en diciembre de 2021. La provincia está dividida electoralmente en ocho secciones. Este año eligen senadores quienes viven en la Primera (conurbano norte y oeste), la Cuarta (noroeste), la Quinta (costa y este bonaerense) y la Séptima (centro de la provincia). En tanto, votan diputados los electores de la Segunda (norte bonaerense), la Tercera (sur del Conurbano), la Sexta (sur provincial) y la Octava (La Plata).

El peronismo gobierna hoy en minoría en ambas cámaras, aunque con bloques unificados. En Diputados tiene 37 escaños sobre 92 y necesita sí o sí de aliados para aprobar los proyectos. El mismo panorama se da en el Senado. Cuenta con 21 legisladores de un total de 46. Por eso, para Unión por la Patria es central sumar más lugares que le permitan garantizar gobernabilidad a Kicillof en los últimos dos años de su gestión. UxP arriesga en total 29 bancas: 19 en la Cámara Baja y 10 en la Alta. Hay camporistas, massistas y kicillofistas en la nómina de los que deben abandonar la casa de leyes.

Entre los legisladores que concluyen su mandato están el jefe del bloque de Diputados, el camporista Facundo Tignanelli, y la presidenta de la bancada en el Senado, Teresa García, de línea directa con CFK. También está el extitular de la Cámara Baja, Alejandra Dichiara, quien responde a Máximo Kirchner aunque no milite en su agrupación.

Otros que terminan son los kicillofistas Lucía Iáñez, cuyo jefe político es el intendente platense Julio Alak; Susana González, referenciada con el intendente de Ensenada, Mario Secco, y el histórico Carlos «Cuto» Moreno, entre otros legisladores que se referencian con el mandatario bonaerense y apuestan por su figura para 2027.

El Frente Renovador, que integra UxP en ambas cámaras, también pone en juego seis escaños, una representatividad que buscará mantener primero en las listas y luego en las urnas.

La confección de las listas será un capítulo aparte y es la pelea que ya está planteada en el peronismo. La dirigencia que se encolumna detrás de Kicillof quiere que el gobernador tenga incidencia en el armado y que la lapicera no sea monopolizada por La Cámpora, como ocurrió en 2023.

El gobernador tiene, a su vez, la decisión final en la definición sobre cómo se votará ya que es quien debe convocar a los comicios. Desdoblar o no es la cuestión que parte aguas entre Kicillof, la titular del PJ, Cristina Kirchner, y el líder del FR, Sergio Massa. Tendrán que consensuar cuál es la estrategia que más les conviene para hacerle frente a La Libertad Avanza, el rival político a vencer. El gobernador ya avisó que no moverá ninguna ficha hasta que el Congreso Nacional no defina si elimina o no las PASO a nivel nacional.

¿Y la oposición?

El PRO pone en juego 12 bancas: 8 en Diputados y 4 en el Senado. En la lista de los que se van están los jefes de bloque de ambas cámaras, Matías Ranzini, hombre de Cristian Ritondo, y Christian Gribaudo, referente del jefe de gobierno porteño, Jorge Macri. También finaliza el exintendente quilmeño, Martiniano Molina.

Los radicales, que se dividieron en dos bloques apenas implosionó Juntos a fines de 2023, arriesgan en total 17 bancas. La bancada UCR-Cambio Federal (que responde al senador nacional Maximiliano Abad e incluye a monzoístas) se juega 11 lugares. La mayor complicación está en el Senado donde vencen 7 de las 8 bancas que hoy poseen, mientras que en Diputados terminan mandato 4 de los 8 legisladores que componen la bancada.

El bloque Acuerdo Cívico – UCR + GEN, alineado con los diputados nacionales Facundo Manes, Martín Lousteau y Margarita Stolbizer, tampoco la tiene fácil: necesita validar 6 de las 7 bancas que hoy tiene en la Cámara baja, entre ellas las del jefe de bancada, el platense Claudio Frangul y el excandidato al Comité Provincia, Pablo Domenichini. En el Senado no tiene representación.

Los libertarios también están fragmentados: están los «puros», alineados con Milei, y los «dialoguistas», que se alejaron del presidente apenas asumieron y funcionan como aliados de UxP. El bloque La Libertad Avanza oficial -que conduce Agustín Romo- tiene 13 diputados, un número al que llegó luego de sumar a los bullrichistas que abandonaron el bloque del PRO. De ellos, cinco terminan en diciembre. En la Cámara alta, concluyen dos: los exPRO Daniela Reich y Joaquín de la Torre. Los díscolos, que se agruparon en la bancada «Unión, Renovación y Fe», están en una mejor situación porque arriesgan sólo una banca en Diputados.

Otros que intentarán revalidar sus bancas son los «lilitos» y el Frente de Izquierda. En el caso de la Coalición Cívica, la que termina en diciembre es Maricel Etchecoin Moro, presidenta de la bancada. Mientras que el MST y el PTS tienen el desafío de renovar las únicas dos bancas que poseen en el parlamento bonaerense. «