«Procura ser tan grande que todos quieran alcanzarte, y tan humilde que todos quieran estar contigo». En las últimas horas, el peronismo abroquelado en el Frente de Todos hizo de la máxima de Mahatma Gandhi su nuevo mandamiento.
Casi como en un juego de opuestos, el frente opositor decidió responder a los anuncios de restricciones cambiarias de Mauricio Macri con un estratégico silencio que apenas quebró con prudentes declaraciones –y acciones- de carácter electoral.
“Nunca hay que darse por ganador, hay que quedarse tranquilo”, afirmó Alberto Fernández este martes en el cierre de su intervención sobre ciudadanía y campañas políticas en la Universidad Camilo José Cela, en Madrid. A más de 10 mil kilómetros de Buenos Aires, el candidato presidencial del frente opositor ensayó la fórmula de la cautela.
Horas antes de que la Casa Rosada anunciara las medidas con una sorpresiva publicación especial del Boletín Oficial (BO), Axel Kicillof ya había transitado el mismo argumento. “Todos sentimos que se están viviendo momentos históricos, el 11 de agosto hubo una elección, pero todavía no se ganó. Hay que seguir militando y trabajando con el mismo entusiasmo y humildad. El 27 de octubre hay que sumar a más argentinos”, sintetizó el candidato a gobernador bonaerense ante la multitud que se reunió el sábado en La Plata para escuchar el primer mensaje de CFK tras las PASO.
Diálogo condicionado
Aunque el diálogo entre el frente opositor peronista-kirchnerista y la Casa Rosada está tocado por la desconfianza, la decisión de Macri de aceptar el control de cambios como llave para intentar frenar la crisis terminó por ajustar los términos, al menos inmediatos, de ese vínculo.
El Presidente pidió a los funcionarios y dirigentes que insistían con el libreto de la hiperpolarización dejar esa táctica de lado y evitar la confrontación. Fernández –quien el viernes había declarado al diario económico estadounidense The Wall Street Journal que la Argentina estaba en un “default virtual”- respondió con la distancia. Y el silencio.
La necesidad de adoptar medidas que frenaran la escalada del dólar y pusieran a resguardo las reservas del Banco Central estuvo desde el principio en el menú que el Frente de Todos llevó a cada uno de los intercambios con el gobierno tras el revés de las Primarias. “A destiempo, tarde, dieron el paso para intentar estabilizar”, razonó uno de los dirigentes que siguió de cerca ese ida y vuelta.
Institucionalidad vs candidatura
En términos políticos, en el PJ asumen que el anuncio del cepo cambiario sintetizó un doble movimiento de Macri. El Presidente resignó uno de los núcleos duros de interpelación a sus votantes –sobre esa capitulación resuena el “se ha convertido en un fracasado” de la diva televisiva Mirtha Legrand- y, al mismo tiempo, optó por apartarse del traje de candidato.
Esa decisión puso en suspenso la lógica que había comenzado a transitar el oficialismo –“mucha gente votó sin reflexionar y puede repensar su voto”, explicaban en la Casa Rosada tras la movilización del 24A en Plaza de Mayo- y privilegió a la estabilidad económica como el principal activo para llegar a octubre.
La prudencia del peronismo también hace foco en el crecimiento post PASO de la candidatura de Fernández. Las encuestas que circulan en el comando de campaña del Frente de Todos ya lo ubican por encima del 50 por ciento de intención de voto. Esa acumulación es proporcional a la caída de Macri registrada, incluso, antes del anuncio del cepo.
Agenda propia
Sin involucrarse en el análisis público del paquete de emergencia, el PJ agitó el juego de las diferencias con una foto de familia de los intendentes de la Provincia. Encabezados por la jefa comunal de La Matanza y compañera de fórmula de Kicillof, Verónica Magario, los líderes territoriales peronistas le reclamaron a María Eugenia Vidal que declare la emergencia alimentaria.
Fue apenas un día antes de una nueva jornada de protesta de los movimientos sociales por una asistencia urgente a los sectores más vulnerables. La movilización confluirá este miércoles frente al Congreso Nacional. “La situación social es delicada, todavía no vimos el efecto del descalabro de las últimas semanas”, explicaron en los equipos de dos de los jefes comunales.
El reclamo de los intendentes del PJ coincidió también con la reaparición pública de María Eugenia Vidal. La mandataria –con un escenario más que adverso para revertir la marca de las PASO en el primer distrito electoral del país- reivindicó el “consenso”. Ante un auditorio de industriales, subrayó: “Debemos convertir esta crisis en un proceso de aprendizaje genuino. La responsabilidad es de todos, quienes gobernamos y quienes sean elegidos”.