El nuevo oficialismo encuentra a su oponente bastante más abroquelado de lo que se espera que esté una fuerza política derrotada en las urnas con once puntos de diferencia. El peronismo logró armar dos bloques fuertes en ambas cámaras del Congreso, el sindicalismo compartió acto de unidad con los movimientos sociales, los gobernadores se están reordenando con una trasversalidad inédita hasta ahora, Axel Kicillof sumó a Gabriel Katopodis y mantuvo el equipo de gobierno que lo llevó a la reelección en medio de la debacle nacional y Cristina Fernández sigue en el Instituto Patria.
El flamante bloque Unión por la Patria en Diputados cuenta con 105 diputados sobre 257. La mayoría se alcanza con 129 escaños. El peronismo logró mantenerse unido bajo la jefatura del santafesino Germán Martínez. Peronistas de las provincias, kirchneristas y massistas entendieron la necesidad estratégica de no armar un interbloque que cristalice la división en tribus y lograr así la presidencia de la mayoría de las comisiones por donde tendrá que pasar la mega reforma que sueña Javier Milei. Desde el espacio massista del bloque, que logró mantener a Cecilia Moreau en la vicepresidencia de la cámara, descartan que se replique el quiebre que propició Diego Bossio en 2015 apenas comenzó la gestión de Mauricio Macri, que debilitó al bloque del entonces Frente para la Victoria y, a la vez, ponderan esa unidad que -por ahora- los fortalece tras la derrota.
El Frente Renovador tendrá una mayor vida orgánica en la fundación que quiere inaugurar Sergio Massa.
Por lo pronto, el massismo recaló también en la Provincia de Buenos Aires. Malena Galmarini fue una de las dos funcionarias nacionales que se sumó al gobierno de Axel Kicillof, al quedar al frente del potente Grupo Bapro, entidad financiera pública que se robusteció durante la gestión de Axel, después de la debacle financiera de María Eugenia Vidal. El otro funcionario “que sí funciona”, según dijo Cristina, es Gabriel Katopodis, que se lució durante la función al frente de Obra Pública y durante la campaña en la calle y puerta a puerta. Pero el futuro ministro bonaerense de Infraestructura, dirigente de San Martín, también va al gabinete en representación de los intendentes del conurbano, un vínculo que tuvo momentos de chispazos con el gobernador pero que su momento de encuentro durante la campaña. Katopodis es ideal para esa tarea porque ya lo hizo, antes, en Obra Pública al llenar esa carera nacional con intendentes del conurbano y de las provincias. Si bien siempre tuvieron contacto institucional, es la primera vez que Kicillof y Katopodis conviven en un mismo equipo de trabajo.
En el Senado también primó el criterio de unidad en un bloque que, a pesar de los chisporrotazos, se mantendrá unido y desde donde se sentirá el peso de Cristina Fernández, no sólo por la cercanía que -según ella misma anunció – tendrá su futura locación de trabajo, “voy a estar acá cerquita, a dos cuadras en el Patria”, sino porque renueva su banca Juliana Di Tullio, se suma Eduardo de Pedro, y siguen Oscar Parrilli y Anabel Fernández Sagasti.
De hecho la última movida suya cambió el tablero opositor y el propio. Propició que la línea sucesoria quede entera en manos de La Libertad Avanza, aunque el senador José Mayans y el gobernador Gildo Insfrán no coincidieran con la decisión.
En tanto, los gobernadores, dirigentes que suelen verse sometidos a la lógica del látigo y la billetera, a falta de billetes, ven la posibilidad de tejer alianzas en demanda de los fondos que Nación -ya avisó- les va a retacear.
La CGT abrió el Salón Felipe Vallese para la consagración de la nueva conducción Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) –que el 29 de noviembre fue avalada con más de 650 mil votos–y del acto también participaron las dos CTA (de los Trabajadores y Autónoma), “Nos van a ver en la calle pronto”, dijo el triunviro cegetista Pablo Moyano.
Si bien no se puede proyectar una unidad del movimiento peronista más allá de los primeros meses de la gestión del utraderechista Javier Milei, por ahora cuenta como contrincante político a un oficialismo débil en el Congreso, pero fuerte en la Corte Suprema, según dieron a entender los miembros del tribunal esta semana con la foto conjunta de tres de sus miembros. A favor del nuevo presidente también se cuentan los fondos de inversión que puede llegar a aportar el flamante ministro de Economía, Luis Caputo, que jurará este domingo en la Casa Rosada, otra vez.
Por lo pronto, desde distintas terminales del peronismo esperan con expectativa y hermetismo el primer movimiento de su contrincante desde la cúpula del poder institucional. La quita de subsidios en el transporte y los servicios será el primer golpe que reciban los sectores populares. Habrá que ver si la dirigencia se pone a la cabeza o acompaña con más letargo. Uno de los dirigentes más activos de la campaña le dijo a Tiempo esta semana: “Cuando salga la gente tenemos que estar”.