El proceso de elecciones presidenciales en Francia acaba de inclinarse hacia un nuevo e insospechado escenario en el que la extrema derecha asoma con posibilidades de victoria. Las denuncias presentadas contra el candidato de Los Republicanos (centroderecha), François Fillon, hizo retroceder al ex primer ministro de Nicolas Sarkozy en las encuestas, coronando a la insistente Marine Le Pen, del ultramontano Frente Nacional, en el primer lugar del podio.
El llamado Penélope Gate puso al descubierto supuestos beneficios de la esposa de Fillon, Penélope, que le permitieron cobrar casi 900 mil euros por dos trabajos inexistentes facilitados por su esposo, según la denuncia que inició el periódico Le Canard Enchaîné. La publicación reveló que la esposa del candidato fue su asistente parlamentaria y luego de su suplente, algo que no es ilegal, pero sí cuestionado éticamente. El problema es que según la revista nunca desempeñó ese cargo. Además agrega que entre 2012 y 2013 habría cobrado un salario bruto mensual de 5000 euros como empleada de una revista. También señala que Marie y Charles Fillon, hijos del político cuya reputación se consideraba irreprochable, estuvieron contratados como asistentes entre 2005 y 2007, con lo cual la suma de beneficios percibidos por la familia Fillon supera el millón de euros de las arcas públicas.
La Justicia francesa investiga el caso desde la semana pasada. La policía interrogó al matrimonio el último lunes. El martes, agentes de la Oficina Central de Lucha contra las Infracciones Financieras y Fiscales (OCLCIFF) acudieron a la Asamblea Nacional para recuperar documentos probatorios. El viernes, la policía francesa hizo lo propio en el Senado.
El caso impactó de lleno en la campaña de cara a las elecciones presidenciales del 23 de abril y 7 de mayo. El primer golpeado fue Fillon, quien había llegado a la candidatura tras arrasar en la interna partidaria y se posicionaba como favorito para suceder al alicaído gobierno de su tocayo, el socialista François Hollande. Fillon, quien habla de un programa económico realista en el que incluye reformar la seguridad social y poner límites a los sindicatos, no solo cayó en las encuestas, dejándole el paso a la extrema Le Pen, sino que además perdió credibilidad. Un nuevo sondeo refleja que el 60% del electorado considera que debe bajarse de la candidatura. El propio Fillon debió decir que consideraría renunciar si fuera imputado, luego de criticar las acusaciones y calificarlas como una campaña en su contra.
Ahora, las encuestas ubican a Le Pen en primer lugar con una intención de voto del 24 por ciento. Fillon, quien se colocaba como el principal freno a Le Pen, quedó atrás con un 21% y el independiente Emmanuel Macron muy cerca, con un 20 por ciento. Más abajo aparece el oficialista, Benoit Hamon, con un 18% y luego el líder de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, con el 9 por ciento.
En el nuevo escenario, Macron, ex ministro de Economía que renunció al gobierno de Hollande para fundar su propia fuerza En Marcha!, se perfila como posible ganador en una segunda vuelta frente a Le Pen, pero para eso, Fillon debe caer aún más, mientras se esperan avances en la investigación. «
Devolvé la bolsa
La Eurocámara le reclama 340 mil euros a la líder del ultraderechista Partido Nacional, Marine Le Pen, por un uso fraudulento de los fondos asignados, y por eso le embargará parte de su sueldo. Además, le retendrá también la asignación para gastos generales y la mitad de las dietas diarias «hasta que devuelva lo malgastado». El caso se remonta a marzo de 2016, cuando la institución alertó a la Oficina Europea Antifraude de posibles irregularidades en la contratación de empleados del partido de Le Pen, con dinero de la Eurocámara. La agencia confirmó el fraude en dos casos, el de una asistente parlamentaria y un guardaespaldas que cobraron de los fondos previstos por la Eurocámara pese a cumplir tareas de relevancia e incompatibles en el Frente Nacional.