En medio del escándalo político por la visita de diputados libertarios a represores presos, entre ellos Alfredo Astiz, el Papa Francisco recibió este miércoles a Ana Fernández, nieta de Esther Ballestrino de Careaga, quien fue secuestrada por el grupo de tareas de la ESMA junto a otras madres y las monjas francesas y luego desaparecidas en los vuelos de la muerte.
“No aflojen, conserven la memoria. Conserven la memoria de lo que han recibido. No solo de las ideas sino de los testimonios. Ese es el mensaje que les doy en este día”, le dijo Francisco a la joven, con quien se reunió en una audiencia privada en la residencia de Santa Marta.
El Papa también señaló que se había enterado de la visita de los diputados y que el proyecto para liberarlos “era algo muy peligroso», según difundió Fernández sobre la visita
El vínculo con la familia Careaga viene de varias décadas atrás, cuando un joven Jorge Bergoglio fue técnico químico antes de ingresar al seminario y trabajó en un laboratorio bajo las órdenes de Esther Ballestrino de Careaga, a quien recuerda con mucho cariño.
Mientras tanto, se conoció que uno de los principales impulsores de las visitas a los represores presos es justamente un miembro de la iglesia católica, el cura libertario Javier Olivera Ravasi, hijo del exmilitar condenado Jorge Olivera.
La diputada Lourdes Arrieta, quien dijo haber sido engañada para participar de la comitiva, realizó una denuncia en la justicia federal de Lomas de Zamora y aportó el contenido de los grupos de whatsapp a través de los que el cura organizó el encuentro en el penal y los proyectos para liberar genocidas o mandarlos a domiciliaria.
En uno de esos mensajes, Olivera dijo que está “prácticamente terminado el proyecto que venimos conversando hace algunos meses”, en relación a la liberación de los condenados por crímenes de lesa humanidad.
Además de su militancia a favor de la liberación de los genocidas, Olivera Ravasi, muy cercano a la vicepresidenta Victoria Villarruel, es un influencer dentro del mundo de la ultra derecha y en sus redes suele compartir sus posturas a favor de la última dictadura.
El cura es también muy cercano a Jorge O´Reilly, un empresario inmobiliario miembro del Opus Dei que desarrolló entre otros el Barrio Privado «San Benito», donde Olivera tiene su parroquia. O´Reilly es también un viejo conocido de Bergoglio, a quien en 2009 intentó desplazar como arzobispo de Buenos Aires y nombrar allí al conservador Héctor Aguer, el entonces arzobispo de La Plata y también muy crítico de Francisco.