El médico del hospital Gemelli que trató al papa Francisco durante su hospitalización, Sergio Alfieri, reveló que el sumo pontífice estuvo dos veces al borde de la muerte.

Hubo un momento “en el que se tuvo que decidir entre parar y dejarlo ir o probar con todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo un riesgo muy alto”, contó el médico en una entrevista publicada este martes por el diario Corriere della Sera.

Alfieri, que ya operó a Francisco, de 88 años, en otras ocasiones, afirmó que “Francisco sabía que podía morir” y “los que estaban a su alrededor tenían lágrimas en los ojos”. Él mismo dijo: “Esto es malo”.

El peor momento

Según reveló, el peor momento de los 38 días que el pontífice argentino pasó en el hospital por una infección respiratoria que derivó en una neumonía bilateral fue el 28 de febrero, cuando tuvo un episodio de broncoespasmo.

“Por primera vez vi lágrimas en los ojos de algunas personas a su alrededor. Personas que, según pude entender durante este periodo de hospitalización, lo quieren sinceramente, como a un padre. Todos sabíamos que la situación había empeorado aún más y que existía el riesgo de que no lo lográramos”, contó Alfieri.

Y explicó: “Tuvimos que elegir entre parar y dejarlo ir o forzarlo y probar todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo el riesgo muy alto de dañar otros órganos. Y al final tomamos este camino”.

“Nadie se rindió”

Según dijo, fue el médico personal del papa, Massimiliano Strappetti, quien tomó la decisión, ya que “conoce perfectamente los deseos del papa”. “Inténtalo todo, no te rindas. Eso es lo que todos pensábamos también. Y nadie se rindió”, le dijo.

Según Alfieri, el papa se dio cuenta de que podía morir “porque incluso cuando su condición empeoró, estaba completamente consciente”.

“Aquella noche fue terrible, él sabía, como nosotros, que quizá no sobreviviera a aquella noche. Vimos al hombre que estaba sufriendo. Pero desde el primer día nos pidió que le dijéramos la verdad sobre su condición”, añade.

“Durante días corrimos el riesgo de dañar los riñones y la médula ósea pero seguimos adelante, luego el organismo respondió a los tratamientos y la infección pulmonar mejoró”, concluyó el médico.