Con optimismo y con prisa. Así espera el oficialismo los resultados de este domingo electoral. Optimismo porque la Casa Rosada apuesta a mejorar los resultados de las PASO en todos los distritos. Y prisa porque el caso Maldonado empieza a sentirse en las encuestas que maneja el oficialismo y los efectos son negativos para los candidatos de Cambiemos en mayor medida en la Ciudad, dónde superó el 50% de los votos y en menor dimensión en la Provincia, donde perdieron por un estrecho margen frente a Cristina Kirchner.
Hasta que apareció el cuerpo del joven en el río Chubut, en Cambiemos descontaban un triunfo de Esteban Bullrich en el distrito bonaerense. Nadie se animaba a poner en duda la victoria oficialista en el territorio más poblado de la Argentina aunque ahora parece imposible predecir la escalada de la crisis política provocada por la certeza de que Santiago Maldonado está muerto.
«Disruptivo» es el concepto preferido en los pasillos de la Casa de Gobierno para describir los sucesos que rodean la aparición de Maldonado.
En ese contexto toman otro valor las palabras de Elisa Carrió acerca del 20% de posibilidades de que el joven estuviera en Chile pronunciadas durante el debate porteño. Si bien una derrota de Lilita en la Ciudad parece una quimera, el idilio entre la diputada y el electorado porteño parece algo resquebrajado. Sobre todo luego de la comparación que hizo la chaqueña entre Santiago y Walt Disney. «La aguantamos bien, hasta la última semana», reconocieron en el macrismo.
En una semana Carrió pasó de ser una aplanadora a un jarrón incómodo, guardado bajo siete llaves. El retiro en su chacra de Exaltación de la Cruz y el bozal mediático aplicado a Lilita son una afrenta que difícilmente pase desapercibida para la líder de la Coalición que evitó críticas al gobierno en campaña, pero las retomará después del 22 de octubre. Por el momento Horacio Rodriguez Larreta puede darse por satisfecho, cumplió con la premisa de invisivilizar a Martín Lousteau y tendrá una Legislatura que le permitirá una segunda mitad de mandato sin sobresaltos. «