Alexandre Roig fue nombrado presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), tras el fallecimiento de Mario Cafiero ocurrido a finales de 2020. En diálogo con Tiempo el funcionario contó su plan de gestión y las estrategias que pondrá en marcha para ahondar lo ya implementado por su antecesor.
“El proyecto que queremos llevar adelante en gran medida continúa siendo el que inició Mario Cafiero el año pasado y que desgraciadamente falleció”, repasó Roig. Y agregó: “El mismo tiene que ver básicamente con profundizar el eje productivista del cooperativismo y el mutualismo”.
Detalló que esto significa brindarles las herramientas para que puedan producir y brindar servicios a la sociedad. Explicó que profundizar el sistema productivista significa tres cosas. “En primer lugar hay que darle un marco normativo adecuado a las cooperativas y las mutuales, que muchas ya lo tienen. Pero hay un sector muy importante con más de 5 mil cooperativas de trabajo que hoy en día tienen un sistema normativo y jurídico que no está adaptado a sus necesidades”.
Roig es francés, con nacionalidad argentina, está en el país desde 2001, es sociólogo, académico de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), investigador del Conicet y militante del Movimiento Evita. Dijo a este medio que “es importante resolver la demanda de ese sector para poder tener un marco legal que corresponda a sus necesidades” y que “esto va a implicar un trabajo colectivo a largo plazo y será una de las prioridades de la gestión”.
Señaló que el segundo punto es acceder al capital, “porque efectivamente para producir se necesita crédito bajo forma bancaria o no bancaria” y que “hay líneas de subsidios que se mantendrán” porque su política es “que no falten recursos”.
“Trabajaremos en la construcción de modelos de crédito que sean coherentes con el sistema de valor del movimiento cooperativista y mutualista que tienen que ver con la solidaridad y el bien común”, aseguró el funcionario.
Roig continuó explicando que el tercer eje tiene que ver «con la información sobre el sector para poder tomar decisiones productivas y poder brindar servicios”. Y puso ejemplos: “Es muy importante que se conozca el rol que tienen las cooperativas y las mutuales a la hora de brindar servicios públicos fundamentales en todos los municipios del país”.
El sociólogo puntualizó que es importante saber cuales son las demandas locales en términos de producción de alimentos que el sistema cooperativo y mutual pueda suplir. “Podamos tener un sistema inteligente que resuelva una serie de problemas que hay en la sociedad y que justamente este sector puede hacerlo”.
Durante el diálogo entró en dimensiones conceptuales para contar sobre su plan de acción: “¿Cuál es la gran potencia del cooperativismo y el mutualismo? En primer lugar es un sistema que se ordena en términos de valores y solidaridad, en defensa del interés común y colectivo”.
Indicó que esto es importante porque esas lógicas de la organización y la producción privilegian el interés de la gente. “Entonces para reconstruir la Argentina en la etapa que viene es fundamental que multipliquemos la cantidad de unidades productivas que rigen según ese criterio”.
Reconoció que hay empresas privadas que también comparten estos valores, y que el plan no es en perjuicio del sector privado. “Pero en el cooperativismo y mutualismo estos valores son centrales porque guían el accionar. No solamente en términos políticos sobre la forma de reinserción que tienen nuestra preferencia, sino en términos generales y para la sociedad en su conjunto”, dijo Roig y subrayó que “es mucho más eficiente unidades productivas que trabajan por el bien común a quienes lo hacen por interés particular”.
“Como primer punto, de esto estamos convencidos política y conceptualmente”, agregó y contó que las cooperativas y las mutuales “están muy cerca de las realidades de los productores y estos saben de las realidades y las necesidades de la gente. Esto implica que las soluciones que aportan son las más correctas para la comunidad”.
“Si en la historia de la humanidad tendríamos que esperar que el Estado o el capital organice las vidas de las sociedades tenemos que imaginarnos que en muchos lugares del mundo todavía no habría electricidad, agua, ni producción de alimentos”, señaló Roig.
Y continuó explicando que esto es muy importante porque la realidad de la constitución de muchas sociedades tiene que ver con procesos de las que se organiza así misma. “Para nosotros la función del Estado es acompañar ese proceso de organización social, mejorándolo, orientándolo y dándole grandes líneas que el poder político y democrático define”.
El académico ahondó en que siempre hay que tener respeto por el trabajo que realizan las sociedades autoorganizadas. “Todo parte del trabajo del Estado con todos los sectores de la sociedad. Pero en particular con el cooperativismo y el mutualismo que por definición defiende los intereses comunes y colectivos por encima de los particulares”.
“Desgraciadamente en nuestras visiones históricas y de la vida social pensamos que el conflicto es entre mercado y Estado”, expuso el nuevo titular del INAES. Y definió que “la realidad es que si pensamos desde la sociedad vamos a ver que hay sectores que están organizados por el capital, otros por el Estado y otros que pudieron autoorganizarse”.
Enfatizó en lo importante que es encontrar los puntos de articulación entre cada una de esas formas de organización. “Porque ese punto de articulación tiene que estar orientado y debe ser movido y promovido por el interés común. Esa es la idea de una sociedad democrática donde predomina lo colectivo”.
Roig siguió detallando que el interés común es quien tiene que ordenar el capital, el Estado y la sociedad autoorganizada. “La gran ventaja de la sociedad autoorganizada es que su punto de partida es el interés común. Por estas razones me parece que es muy importante que veamos con más precisión en la vida social al sector del cooperativismo y mutualismo”.
El funcionario explicó que existen 27 millones de personas que están en las producciones autogestivas. Y que esto representa más del 10% del PBI y resuelve gran parte de la vida cotidiana del Pueblo.
Siguió remarcando que la autogestión todavía no tiene el lugar que merece en el imaginario de la sociedad. “Aún no terminamos de aceptar que es una forma central de nuestra sociedad para organizar la vida, la producción y los servicios. Creo que tenemos un gran desafío por delante, el de poder instalar esta forma legítima de organización, que es justamente la sociedad autoorganizada”.
“Insisto sobre un último punto. En las sociedades contemporáneas que, se vuelven cada vez más complejas, tenemos el gran desafío de encontrar las formas de la convivencia entre distintas lógicas, por ejemplo, la del capital privado, el Estado y la sociedad autoorganizada”, puntualizó el investigador.
Considera que encontrar esta forma de convivencia es central en las sociedades democráticas contemporáneas. “Tenemos que entrar en disputas donde supuestamente ganar es eliminar al otro, no debe ser así”, remarcó Roig. Y subrayó que está totalmente convencido en que “ganaremos como sociedad el día que los distintos actores de la comunidad trabajen en beneficio del bien general”.
“No hay dudas que en el cooperativismo y el mutualismo se encuentra una solución a nuestras sociedades que son cada vez más complejas. Las mismas requieren repensar los cimientos en la vida en común”, finalizó Roig.