Este gobierno es muy agresivo con las expresiones populares, y lo que ocurrió con el Fútbol para Todos entra dentro de ese contexto. Me causa mucha gracia porque quieren dar una imagen de diálogo, pero a la hora de los bifes son durísimos. El Fútbol para Todos fue algo histórico, una manera de mostrar que el fútbol es un vehículo de ideas, un patrimonio cultural. Por eso estamos luchando hasta el final para que se pueda sostener la gratuidad. Es una barbaridad que le vuelvan a cobrar a la gente, que quedó indefensa ante semejante decisión.
El objetivo de este gobierno, está claro, es dárselo a una cadena internacional. El tema es que no les van a poder decir a esas mismas empresas que no cobren por dar los partidos. No tiene sentido pensar eso, es una estupidez, las empresas vienen a hacer sus negocios. Esa fue una de las tantas mentiras de la campaña.
La filosofía de este gobierno es la de un concepto de negocio y no de servicio. Lo que pasa es que son impresentables porque lo que hacen tampoco les sale bien. No son eficaces, alcanza con ver la inflación y el déficit fiscal. Yo me pregunto, entonces, dónde está el mejor gabinete de los últimos años, que decían tener.
Lo del fútbol fue una mentira. Lo que pasa es que ellos no dan servicio, hacen negocio, está en su esencia. Es un dolor muy grande. Sobre todo porque el gran objetivo es que las sociedades anónimas desembarquen en el fútbol argentino, por más que hasta ahora no hayan podido.