Como hace más de cuatro décadas, se realizó el cruce del lago en Villa Rumipal, provincia de Córdoba. Todos los años, durante la temporada de verano, los participantes nadan desde un extremo del lago hasta llegar a la playa municipal en una tradición que atrae a todo tipo de público.
Personas oriundas y de distintos países de Sudamérica participan de la multitudinaria actividad y para poder competir se entrenan con tres meses de antelación. Si alguien no resiste o tiene algún inconveniente debe pedir ayuda a los guarda vidas que los acompañan.
Tiempo Argentino presencio el cruce del lago y dialogó con uno de los organizadores. “Es un evento único en el país, uno de los más grandes y convocantes de Sudamérica. El cupo máximo es de mil nadadores, así lo definimos quienes coordinamos. Para su realización contamos con un operativo de seguridad sin precedentes en la provincia de Córdoba”, contó Facundo Suárez.
“Cada año que convocamos a esta competencia los resultados son las 13 mil plazas de alojamiento completas en esta Villa. Además tuvimos el vigésimo noveno campeonato argentino de aguas abiertas que congrega a quinientos nadadores de todos los países de la región. Recibimos la visita de unas 25 mil personas. Estamos muy contentos porque todo esto nos hace una villa náutica por excelencia en la provincia de Córdoba”, agregó Suárez, secretario de turismo de la Municipalidad de Rumipal.
Antes de dar inicio a la actividad los participantes son trasladados en lanchas desde la playa a otro lado del lago. Son cinco grupos de distintas categorías. El más rápido de los nadadores, años atrás, logró cruzar en 12 minutos. Sin embargo, este año el primero lo hizo en 17. La actividad estuvo coordinada por la Confederación Cordobesa de Natación.
Entre las personas que participaron estuvo Mariana Bacaloni, de 18 años, que compite hace tres y que cuenta que siempre lo hizo en piletas. “Es la primera vez que lo hago en aguas abiertas. Siempre hice tramos cortos de cincuenta metros como mucho y en aguas cerradas, hasta que tomé coraje y me animé a cruzar el lago que son 1.500 metros. Me sentí muy segura porque nado mucho, no me canse tanto y fue una experiencia hermosa”.
“Nado hace muchos años pero nunca lo hice en aguas abiertas, es mi primera vez. Cuando llegué a la mitad del lago sentí un poco de incertidumbre porque no sabía a qué distancia estaba de la playa. Pero me concentré, retomé fuerzas y finalmente lo logré. Estoy muy contenta e invito a quienes quieran y tengan ganas que también lo hagan”, expresó Ivana Greco, de 27 años, otra de las nadadoras.
Rumipal es un lugar atractivo, lleno de lagos, ríos y sierras, una Villa náutica por excelencia. Allí durante la temporada de verano, en las distintas playas del lugar, se realiza un combo de actividades. Como desfiles de moda, encuentros de motoqueros y una serie de festivales para regocijar a los turistas que visitan esta localidad.