La crisis política entre el presidente, Luis Arce, y el expresidente, Evo Morales, llegó anoche a su punto más álgido, cuando un congreso partidario del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido con el que Arce ganó las elecciones en 2020, resolvió expulsarlo.
La crisis que tiene como centro la disputa por quien representará al movimiento en las elecciones de 2025, se profundizó en la última semana en que el evismo había planteado una cumbre de la formación desde este 3 de octubre a la que Arce no acudió. Por su ausencia también fue expulsado el vicepresidente del país, David Choquehuanca.
«‘Lucho’ Arce fue invitado al Congreso y no ha ido al Congreso. Esto se consideró un hecho de autoexpulsión, automarginamiento y autoexclusión de parte de ‘Lucho’ Arce. El congreso ha concluido con todas las formalidades de acuerdo a la ley y a nuestros estatutos», recogieron medios de parte del diputado Héctor Arce, uno de los críticos más duros de la gestión del presidente.
En X, el presidente buscó no personalizar la discusión, pero envió un mensaje claro a sus rivales internos: «Ante los que apuestan por el odio, la mentira, la violencia y la confrontación entre bolivianas y bolivianos buscando convulsionar el país por ambiciones electorales, nuestra respuesta siempre será más trabajo y gestión en favor del pueblo boliviano, porque pensar en Bolivia no es bloquearla; pensar en Bolivia es industrializarla».
La expulsión de Arce coincide con otras decisiones centrales como la ratificación de la candidatura presidencial de Evo para 2025, Morales, la modificación de los estatutos para que solo puedan postularse militantes con 10 años de antigüedad, requisito que Arce no cumple. Y finalmente la restricción de hacer alianzas con otros partidos políticos de cara a las elecciones.
Las decisiones fueron confirmadas por dirigentes del sector de Morales al final repentino del congreso que debía haberse celebrado hasta hoy, pero que fue acortado después de que los “evistas” acusaran al Gobierno de intentar sabotear la reunión con una decisión judicial. La justicia electoral deberá ahora ratificar o invalidar las decisiones del MAS.
BB