Los adversarios buscarán asociar (‘simbólicamente’) el fallecimiento del líder de la Revoluación Cubana, Fidel Castro, con un agotamiento de los procesos revolucionarios. Sin embargo, las contradicciones históricas que impulsaron la Revolución son más agudas que nunca. Del mismo modo, las limitaciones de una integración de Cuba al sistema político del imperialismo son mucho más severas. En resumen, el ciclo (ondulante) iniciado por la Revolución Cubana tiene plena vigencia.
¿Cuál es el legado revolucionario de Fidel? La expropiación del gran capital, el armamento masivo de su pueblo cuando se produjo la invasión de Playa Girón, la autonomía nacional frente al pacto yanqui-ruso en la crisis de los misiles. Enfrentó, con costos enormes, un bloqueo de medio siglo.
A diferencia de otras revoluciones, Fidel Castro fue protagonista exclusivo, en Cuba, de cada etapa política: líder de una revolución política y social, árbitro bonapartista con un movimiento obrero estatizado, supervisor de un gobierno burocrático colectivo.
Las próximas revoluciones serán dirigidas por una clase obrera independiente, que establecerá una democracia obrera. «