Apenas siete días después de haber sido designado en ese puesto, el actual titular de la Dirección General Impositiva (DGI), Andrés Vázquez, dispuso el ascenso de su actual pareja, María Eugenia Fanelli, a la Dirección Regional Centro II de la ciudad de Buenos Aires del organismo recaudador.
Según una investigación del diario La Nación que lleva la firma de Hugo Alconada Mon, el ascenso de Fanelli fue firmado por el presidente Javier Milei junto a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich –con firma delegada por viaje del ministro de Economía, Luis Caputo-, y sin la firma del jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Tampoco la decisión fue apoyada por la entonces titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Florencia Misrahi, desplaza hace pocas semanas en favor de Juan Pazo, que ahora dirige el organismo que cambió de nombre por Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).
El pronunciado salto en el escalafón de la funcionaria, a todas luces un caso de incompatibilidad manifiesta en el rol estatal, le reportó un aumento significativo en sus ingresos en mano, que al día de hoy alcanzarían entre 3,8 y 4,2 millones de pesos por mes.
Vázquez, titular del organismo que debe controlar el pago de impuestos y evitar la evasión, administra dos de las propiedades adquiridas en el estado de Florida mediante un complejo entramado de capas de sociedades offshore, que no declaró en la Argentina, y tiene otras causas abiertas en la Justicia del país por omitir declaraciones juradas y por presunto enriquecimiento ilícito.
La trama fue expuesta por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) y el diario La Nación en base a datos provenientes de la filtración Pandora Papers y numerosos documentos contables, societarios y bancarios.
La red de empresas abarca una sociedad constituida en las Islas Vírgenes Británicas que controla otras dos compañías armadas en Panamá. Las firmas panameñas, a su vez, fueron el vehículo que permitió concretar la adquisición de tres inmuebles en Miami.
Los periodistas a cargo de la pesquisa intentaron contactar a Vázquez desde el miércoles 6 de noviembre, a través de su correo electrónico y de voceros de la DGI, para que haga su descargo sobre la información recabada, pero no hubo respuesta hasta la publicación de la investigación. Tampoco, según refiere la publicación de este lunes en La Nación, lograron que el funcionario brindara explicaciones sobre la designación de Fanelli.
El funcionario de los papeles oscuros es contador público y entró al organismo tributario como empleado raso en 1990. Allí ascendió hasta convertirse en el responsable del área de inteligencia fiscal, puesto que sostuvo años y le permitió vincularse con los servicios de inteligencia del Estado. Siempre se mantuvo fuera del radar mediático y de la red. Los periodistas sólo accedieron a una foto suya: la de una copia del pasaporte que ofreció al estudio de abogados Trident Trust, uno de los que le armaron las sociedades offshore.
Desde hace años se vincula a Vázquez con Antonio Jaime Stiuso, ex espía de la Agencia Federal de Inteligencia, renombrada como SIDE por decisión del gobierno de Milei.