La corporación británica Hidden Lake es una presencia insoslayable en la región, es el elefante en la sala de la Comarca Andina. A su amparo se conformó una comunidad de negocios que directa o indirectamente conduce los sectores económicos más importantes y gran parte de los medios de comunicación, no solo de El Bolsón.
El sistema gira en torno del gerente de Hidden Lake, Nicolás Van Ditmar, cuyo largo brazo tiene influencia clave en la política comarcal, indistintamente entre oficialismo y oposición: todo aquel que busque alcanzar una intendencia, por ejemplo, deberá pasar antes por las oficinas del Lago para recibir la bendición y tomar nota del pliego de condiciones. Y será debidamente notificado si el discurso o alguna medida de gobierno incomoda al Gran Hermano de la Comarca.
El caso más notorio, pero no el único, es el intendente de El Bolsón, Bruno Pogliano, que integra la mesa más cercana de Van Ditmar y fue el contador de una empresa vinculada de Hidden Lake que explota la concesión del centro de esquí e intenta montar un exclusivo barrio privado de alta montaña en un área protegida declarada Reserva de la Biósfera de la Unesco.
En el último aniversario de El Bolsón, el 28 de enero, Pogliano homenajeó públicamente a Lago Escondido por “su aporte a la comunidad”, tres días antes de iniciarse la séptima Marcha por la Soberanía. El año anterior había tenido como invitados especiales al carapintada golpista Aldo Rico y al diputado de extrema derecha, Alberto Asseff.