La noche en que se convirtió en vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti sufrió el robo en su casa del barrio porteño de Balvanera de 245 mil pesos y 50 mil dólares. La justicia le apunta a un oficial mayor de la Policía Metropolitana, David Juan Pablo Cruzado, custodio de la número uno en la sucesión presidencial. Cruzado fue elegido por el ex ministro de seguridad porteño y actual embajador argentino en Uruguay Guillermo Montenegro y por el jefe de la Policía Metropolitana, Horacio Giménez.
«Se atribuye a Cruzado haberse apoderado ilegítimamente, con la colaboración de una persona del sexo masculino aún no identificada, el 22 de noviembre de 2015, entre las 20:33 y 21:56, del dinero y varios objetos de plata del interior del domicilio sito en la calle Pasco 640 de esta ciudad, lugar de residencia de la actual vicepresidenta de la Nación.» La imputación indica que el policía metropolitano Cruzado «mientras se encontraba allí avocado a su función, se contactó en forma telefónica desde su línea personal, con Juan Martín Tonelli Banfi, pareja de la licenciada, y a continuación con el hijo de aquélla. Luego de corroborar que el domicilio se encontraba sin ocupantes, se comunicó con un teléfono celular utilizado por una persona a la fecha no individualizada, que a las 20:33:05 ingresó al domicilio de Michetti mediante la utilización de una llave, ganzúa o algún elemento semejante.»
El robo tuvo precisión quirúrgica: «del cajón de la mesa de luz situada en el lado izquierdo, la suma de 5000 pesos; de una bolsa de papel madera que se encontraba al costado de la cama, 200 mil pesos; del interior del placard, envueltos en una bolsa de cartón, 40 mil pesos; del otro placard de madera, 50 mil dólares». Michetti declaró que 200 mil pesos eran para «una donación».
Una empleada doméstica de Michetti explicó que el dinero de la mesa de luz era el que la vicepresidenta le dejaba «para comprar comida, pagar impuestos y pagarse su labor». También refirió que Michetti «guardaba dinero en el interior de la vivienda, ya que en varias oportunidades le había pedido a ella misma que lo hiciera, dándole distintas sumas que colocaba dentro de un placard envueltos en pañuelos, desconociendo la cantidad exacta dado que se la daba en sobres cerrados».
Cruzado estuvo preso hasta el 16 de junio, cuando la Sala Cuarta de la Cámara del Crimen, en un fallo firmado por los jueces Carlos Alberto González y Alberto Seijas, confirmó su procesamiento por el delito de «hurto agravado por haber sido cometido mediante el uso de llave, ganzúa o algún elemento semejante, agravado por su condición de policía», le trabó embargo por 1.000.069,67 pesos, pero le concedió la excarcelación.