El influjo de Jorge Mario Bergoglio logró conciliar y consolidar varias movidas de manera simultánea. Por un lado, su funeral convocó no solo a cientos de miles de fieles sino a los líderes de todo el mundo. Una foto que circuló en todos los medios fue el encuentro de Donald Trump y Volodomir Zelenski en un rincón de la Basílica de San Pedro. Otra, la del australiano Julian Assange y su familia en la ceremonia. Ahora, al tiempo que finalmente el cardenal Angelo Becciu anunció que no intentará ingresar al Cónclave para elegir al futuro papa, Lula da Sliva mostró en sus redes la imagen de su encuentro con el fundador de WikiLeaks, en el que estuvo presente, claro, el fallecido Pontífice.

“El viernes pasado -dice el presidente brasileño en su cuenta de X– recibí en Roma al periodista y programador Julian Assange. Comentamos el compromiso del Papa Francisco con la causa de la libertad de expresión y la defensa de la democracia. Fue después de la audiencia concedida por el Papa a la esposa y a los hijos de Assange en 2023 que la campaña por la liberación del periodista cobró nuevo impulso. Me alegró mucho ver que Assange goza de buena salud y está reconstruyendo su vida familiar y profesional. Es un ejemplo para todos aquellos que trabajan en defensa de la libertad de prensa y los derechos humanos”.

En la cuenta de WIkiLeaks, por su parte, se lee: «Dos ex presos políticos se reúnen en Roma: Julian Assange se reunió con el presidente @LulaOficial para agradecerle personalmente por facilitar la audiencia de su esposa Stella con el papa Francisco (en 2023) y por las declaraciones de apoyo del presidente durante su encarcelamiento. Alegría de ser libres y estar juntos — muy agradecido, presidente Lula».

En cuando al polémico prelado, en diciembre pasado el Tribunal del Vaticano había condenado a Becciu a 5,5 años de prisión en el marco de un proceso sobre unas operaciones con inmuebles de lujo situados en Londres. Becciu se encuentra en libertad a la espera de una apelación. El papa Francisco lo privó entonces de varios derechos vinculados con la dignidad de cardenal, incluida la posibilidad de participar en las elecciones del nuevo pontífice.

«Llevando el bien de la Iglesia en mi corazón, a la que ha servido y seguiré sirviendo con fidelidad y amor (…), he tomado la decisión de subordinarme, como siempre, a la voluntad del papa Francisco y no participar en el cónclave, a pesar de estar convencido de mi inocencia», declaró el cardenal, según medios locales.

Tras el fallecimiento de Francisco, Becciu expresó inicialmente la intención de participar en la elección del nuevo papa, aunque no fue incluido en la lista de los cardenales electores. Pero la semana pasada, según escribió el periódico Domani, el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, entregó a Becciu dos cartas firmadas por Francisco, en las que el papa fallecido excluye de participación en el cónclave al cardenal condenado.

El escándalo en torno a las operaciones financieras vinculadas con la adquisición de bienes en Londres se produjo en octubre de 2019, cuando organismos judiciales del Vaticano dieron la sanción tras incautar documentación financiera en los respectivos departamentos del Vaticano.

Después empezó un detallado estudio de las inversiones de la Santa Sede en inmuebles extranjeros, se averiguó que éstas se hicieron en el período en que el cardenal Becciu estaba a la cabeza del primer departamento de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, que cumple funciones de un ministerio del Interior. Precisamente funcionarios de este departamento tomaron la decisión en 2013 de invertir muchos millones de euros en el fondo Athena Capital Global Opportunities, de Luxemburgo, para adquirir inmuebles en la capital británica.

Los figurantes de este proceso fueron acusados de maquinaciones financieras, malversación de fondos, estafa agravada, concusión y blanqueo de dinero. Tras ser anunciada la sentencia, Becciu se declaró inocente y presentó apelación.

NA y Sputnik