La definición del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, sobre la feria Expoagro, que concluyó el viernes, fue contundente: «En Expoagro late el corazón de la agrobioindustria de la Argentina», dijo. En la exposición que organizan los grupos Clarín y La Nación, se puso en escena el giro que el gobierno nacional pretende para sus vínculos con la patronal agraria, en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario y la enorme volatilidad en los precios internacionales, por ahora con tendencia marcadamente alcista.
Domínguez visitó Expoagro acompañado por los gobernadores de Santa Fe, Omar Perotti, y de Buenos Aires, Axel Kicillof, además del ministro de Interior, Eduardo Wado de Pedro. La composición del equipo gubernamental intentó mostrar que el mensaje de amistad que llevó Domínguez es transversal al Frente de Todos. El ministro no hizo mención a la judicialización de las retenciones que encaró la Sociedad Rural.
Quien llamó la atención sobre la presencia oficial en la feria fue el secretario de Agricultura, en los hechos, el viceministro, Matías Lestani, quien dijo que «la política es gestual, no es casualidad la cantidad de funcionarios que vinieron a Expoagro».
De hecho, ninguna de las figuras que acompañó a Domínguez se desmarcó de su firme oposición a un aumento de las retenciones a las exportaciones de productos primarios agrarios. Y, por el contrario, Lestani declaró en diálogo con el portal Agrofy News: «No estoy de acuerdo con una suba de retenciones, técnicamente no son sostenibles. ¿Por recaudación? Con estos precios la recaudación está disparada».
Precios y volatilidad
A pesar de los esfuerzos, las posiciones oficiales diferenciadas a las de Domínguez siguen trascendiendo. Por caso, días atrás volvieron los planteos acerca de una suba de las retenciones al trigo y el maíz por la suba de los precios internacionales. El 15 de febrero, el maíz disponible en el mercado de Chicago, el que marca el precio mundial, cotizaba a U$S 251,17 la tonelada. El 24, día del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, el valor se fue a U$S 273,61. El viernes pasado, cerró a U$S 300,97, con una suba en casi un mes del 20 por ciento.
En el caso del trigo, el alza es más dramática porque entre Rusia y Ucrania abastecen el 40% de las exportaciones globales y el abastecimiento desde ambos países está comprometido; en el caso de Rusia, por las sanciones; en el de Ucrania, por las condiciones físicas en las que se están desplegando los cultivos, que deberían estar listos para la cosecha hacia junio próximo.
El precio del trigo disponible se disparó un 40% en el mercado de Chicago en el último mes. Se encontraba en U$S 286,52 al 15 de febrero. Al 24 de ese mes, cotizaba a U$S 340,25 y el viernes pasado llegó a U$S 400,51. Pero en el inicio de la semana alcanzó a U$S 523. El derrumbe en pocos días de U$S 123 la tonelada bajó algo las tensiones, pero en la cadena del trigo se dispararon las alertas, que llegaron hasta los despachos oficiales.
Exportaciones
Aumentar las retenciones al trigo casi no tendría efecto como medida de coyuntura ya que de los 22 millones de toneladas que cosecharon hasta diciembre pasado, los productores vendieron 16 millones, de los que 12,3 millones las colocaron con precio fijo mientras que otros 3,6 millones se vendieron sin fijar el precio.
En cambio, en el caso del maíz, los productores tuvieron menos aversión al riesgo y casi la mitad de los 16,5 millones de toneladas que ya se vendieron fueron sin precio fijo. Pero para una cosecha esperada total de 47,7 millones de toneladas, aún queda mucho por colocar y es allí donde una suba de las retenciones podría lograr mayores resultados recaudatorios.
Por otro lado, la desconfianza es el eje del discurso de la patronal agraria, que parece aprovechar la política de apaciguamiento del gobierno para ir por más: los representantes de las cadenas de valor del maíz y el trigo plantearon que se eliminen las retenciones a ambos cultivos y se bajen las de las soja. «
Rechazo a Vicentin
El Banco Nación rechazó la última propuesta de pago que el directorio de Vicentin presentó al juez del concurso que se desarrolla en Reconquista, Santa Fe.
«La evaluamos como una propuesta abusiva que deja a los acreedores en una mala situación. El Banco Nación va a rechazar inequivocamente esta propuesta, en la fase concursal y después», comentó durante una entrevista con Agrofy News el titular del Banco Nación, Eduardo Hecker.
«Como administradores de un patrimonio público, no vamos a aceptar una quita del 80% de la deuda que Vicentin tiene con el Banco Nación. Se proponen 12 años de fazón y mantener una situación de escasa vitalidad productiva sin mucha agregación de valor. Es posible que, en una solución como esta, se estén dando los pasos para el desguace», alertó.