El gobierno nacional dio por iniciada la serie de negociaciones con la oposición dialoguista para intentar salir airoso del período de sesiones extraordinarias. Con la eliminación de las PASO como principal objetivo, el oficialismo reunió a los presidentes de los bloques PRO, el radicalismo con peluca y el MID para replicar el frente común que construyeron dentro del recinto el año pasado y hacerles saber que no tiene intención alguna de tratar el Presupuesto 2025.
El mitin convocado a las 15:30 en Casa Rosada estuvo encabezado por el jefe de gabinete, Guillerrmo Francos, acompañado por el vicejefe de Gabinete de Interior, Lisandro Catalán; el vicejefe de Gabinete Ejecutivo, José Rolandi; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; el secretario de Relaciones Parlamentarias e Institucionales, Oscar Moscariello y la secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo, María Ibarzabal.
El sector del oficialismo recibió en el Salón de los Escudos a Cristian Ritondo, Rodrigo de Loredo y Oscar Zago, quienes llegaron con la voluntad de conocer de primera mano los planes del gobierno. El jefe de gabinete, encargado de llevar adelante las riendas de la gestión durante la gira de Javier Milei por Estados Unidos y Davos, les adelantó a los bloques que dividirán las sesiones en dos tramos, para tratar con detenimiento cada punto.
En principio, las partes acordaron que entre el cuatro y cinco de febrero se dará inicio formal a las comisiones donde se terminarán de pulir los proyectos para llegar el jueves 6 al recinto con la letra chica acordada. Durante esta primera fase, el oficialismo planea tratar la eliminación de las PASO. En tanto, dejará el tratamiento del resto de los proyectos (Ficha Limpia, reforma política, reiterancia y juicio en ausencia) para la semana del 13 de febrero.
A pesar de mostrarse intransigentes respecto a su voluntad de eliminar las Primarias, puertas adentro de la gestión reconocen no tener los votos suficientes para avanzar en este sentido. Es con este escenario que tanto de Loredo como Ritondo -quien hizo su primera aparición pública tras el escándalo que supuso la denuncia por enriquecimiento ilícito en su contra- llegaron a Casa Rosada para intentar hacer entrar en razón al oficialismo.
Ambos presidentes le informaron al jefe de Gabinete que insistirán con su voluntad de suspender las PASO. En particular, dentro del PRO entienden que es necesario mantener una línea común en el accionar del espacio en el Congreso con lo que ocurre en la Ciudad, donde Jorge Macri tendrá su propia batalla para interrumpir por este año el proceso en una Legislatura revolucionada por la karinista Pilar Ramírez, que pelea para eliminarlas.
Lo mismo ocurre dentro del radicalismo libertario, que plantea, además, una modificación del mecanismo electoral para que este sea “menos oneroso”, pero sin eliminarlo. Para los bloques dialoguistas avanzar en una eliminación de estas elecciones es un capricho poco inteligente del gobierno, puesto que a pesar de unir sus voluntades no logran reunir las bancas necesarias para, siquiera, tratar el proyecto en el recinto. Es con este escenario que tanto la oposición como el gobierno saben que requieren del apoyo de los bloques provinciales y Encuentro Federal, comandado por Miguel Ángel Pichetto, quien ya hizo saber que no apoyará la eliminación.
“Por más que nosotros tengamos voluntad de eliminarlas, el resultado final del proyecto -eliminación o suspensión- lo va a definir el peronismo”, razonó ante Tiempo un participante de la cumbre. A pesar de las fugas, Unión por la Patria sigue manteniendo una contundente mayoría dentro de la cámara que funciona como una contínua traba para los deseos de un oficialismo envalentonado.
En tanto, y a pesar de haber formado parte del sector que apoyó la revoltosa aprobación de la Ley Bases, Pichetto marca desde hace meses una llamativa distancia del gobierno. El presidente del bloque que aglutina a peronistas moderados, socialistas y la Coalición Cívica, anticipó que no apoyará el proyecto de Ficha Limpia tal como está redactado, postura que complica los planes del gobierno de avanzar en una agenda que centre al kirchnerismo como su principal rival político. “Allá ellos si no quieren venir”, afirmó contundente esta mañana Francos, dejando a la vista el enojo del oficialismo frente a la dualidad del ex candidato a vicepresidente.
A pesar de los obstáculos, en el gobierno no disimulan su envalentonamiento. No sólo confían en el viento de cola que les dio el cierre de un año con superávit fiscal y las encuestas favorables, también creen que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca les ayudará a cumplir todas sus metas económicas.
Si bien la no participación del presidente estaba contemplada, llamó la atención la ausencia de Santiago Caputo. El asesor presidencial, quien oficia de portavoz del libertario en cada reunión política, no formó parte de la primera cumbre oficial con la oposición dialoguista, un sugestivo gesto para sus socios que en más de una ocasión reprocharon que las negociaciones con el jefe de gabinete no tienen cumplimiento efectivo como las que encabeza el fanático de las armas. En este sentido, y a pesar de que él mismo hizo saber a través de interlocutores que no tiene intención de reunirse con Mauricio Macri, no son pocas las voces que especulan sobre un posible viaje relámpago a Cumelén para enfriar las tensiones.