En el Ejecutivo porteño, comenzaron un proceso de redistribución de la riqueza, pero entre ellos mismos. En las dos primeras semanas de 2022, el Jefe de Ministros y Ministras de la Ciudad, Felipe Miguel, designó a una docena de funcionarios bajo una aparente renovación de las plantas de gabinete del Régimen Modular Extraordinario, dentro de la Secretaría de Transformación Cultural. Según la información oficial, esta secretaría se encarga de “promover las transformaciones culturales necesarias en la comunidad a fin de que Buenos Aires sea el mejor lugar para vivir, con un estado eficiente y cercano y ciudadanos empoderados y comprometidos con su comunidad”.
El resto de los cargos se distribuyeron dentro de otros sectores de la jefatura de gabinete. La nómina de personal con salarios pudientes dentro de la cartera que conduce Felipe Miguel va desde los 163.309 pesos hasta los $ 436.481. Las cifras están expresadas en unidades retributivas (UR) que, según la Resolución Nº 5768/MHFGC/21 publicada en el Boletín Oficial, establece que el valor de esas unidades se actualiza “a partir del 1° de diciembre de 2021, en Pesos veintinueve con 6926/10000 ($29,6926), aplicable a las remuneraciones de Autoridades Superiores y al Régimen Modular de Plantas de Gabinete”. Es decir, cada unidad retributiva representa $ 29,6926. Una persona tiene un pago mensual de 14.700 unidades retributivas, dispone de un salario de más de 436.481 pesos mensuales, como es el caso de Matías Alfredo Klein, a quien cada mes se le deposita esa suma en su cuenta. La cifra total de gastos mensuales de esta nueva flota de autoridades alcanzan los $ 3.426.000, cifra millonaria que se distribuye en apenas 12 cargos.
Con ese monto, se podrían sumar alrededor de 65 docentes al sistema educativo porteño y casi 80 enfermeros y enfermeras para los diferentes hospitales públicos de la Ciudad de Buenos Aires. Por otro lado, lo que gana uno solo de los nuevos contratados dentro de la jefatura de gabinete, equivale alrededor de 8,3 salarios de un docente porteño de jornada simple, teniendo en cuenta que ronda los 52 mil pesos mensuales; y casi 10 salarios de un enfermero o enfermera de la Ciudad que apenas rozan los 45 mil pesos.
“Nos parece un descalabro absoluto y una falta de respeto al conjunto de la sociedad, que se destinen millones de pesos a funcionarios que no sabemos cuáles son sus tareas”, señala a Tiempo la titular de prensa y comunicación de ADEMYS, María Isabel Grau. “Todo ese dinero podría ser utilizado para contratar mayor cantidad de profesionales para los gabinetes de acompañamiento psicopedagógico, luego de la barbaridad que dijo la ministra Acuña sobre los pibes que están perdidos en los pasillos de las villas vendiendo droga. Esta es la misma ministra que ha recortado cargos en los gabinetes psicopedagógicos que hacen un acompañamiento fundamental, justamente para que los chicos y chicas No dejen la escuela entonces”, agrega.
Mientras el gobierno porteño desembolsa esta millonaria suma de dinero en pocas manos, las y los docentes de la Ciudad, exigen la apertura de la mesa salarial para debatir paritarias. “Venimos reclamando una actualización del salario docente que se corresponda con los niveles elevadísimos de inflación. Estamos pidiendo un salario inicial de $75.000 mensuales para un maestro de grado de jornada simple”, adelanta la trabajadora de la educación. Además, recordó que sistemáticamente, el gobierno porteño justifica los salarios bajos de los docentes, intentando instalar la idea de que solamente trabajan mientras están dentro del aula, “en realidad la jornada laboral se compone también por el tiempo que dedicamos a preparar las clases, a corregir exámenes, a reunirnos con compañeras y compañeros para realizar diferentes proyectos institucionales, etc. Es importante tener en cuenta que cuando nosotros hablamos de un salario docente de una jornada simple, implica como mínimo 8 o 9 horas diarias de trabajo, no estamos hablando solamente del realizado en el aula”.
Secretaría de ¿Transformación Cultural?
En 15 años de gestión, el PRO logró transformar al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en un recoveco de contención laboral para empresarios, referentes de ONG´s y amigos leales. Todo indica que la secretaría de Transformación Cultural es uno de esos espacios que abraza a orgánicos del PRO con salarios exorbitantes. La secretaría la conduce María Paula Uhalde, devenida de varias ONG´s. En 2007 comenzó su carrera política dentro de la gestión pública bajo el primer mandato en la Ciudad de Mauricio Macri. Entre “las funciones” que tiene esta secretaría se encuentran: “implementar programas concretos de reconocimiento a empleados, trabajar en el fortalecimiento de valores y propósito de gobierno, desarrollando el liderazgo, promoviendo el crecimiento, y potenciando el talento del capital humano. Diseñar y ejecutar programas e iniciativas de formación continua para los empleados del GCBA, atendiendo a las necesidades de la Carrera Administrativa y la profesionalización de los empleados, con herramientas actualizadas e innovadoras. Detectar las necesidades y oportunidades de transformación cultural en la ciudad, y proponer e implementar soluciones innovadoras con metodologías ágiles y un enfoque colaborativo centrado en los actores clave, generando además las métricas que permitan la medición del impacto de las diferentes iniciativas.
Subsecretaría de Políticas Públicas Basadas en Evidencia
En septiembre de 2020, Tiempo sacó a la luz una extraña subsecretaría con una función casi desconocida y que, actualmente, cuenta con alrededor de 200 millones de pesos. La curiosa repartición fue creada en diciembre de 2019, y depende de la Jefatura de Gabinete de Ministros que comanda Felipe Miguel, dentro de la Secretaría de Innovación y Transformación Digital. La conduce Melisa Breda, joven licenciada en Economía, una de las preferidas de Felipe Miguel, ya que desde el año 2013 transitó por varias áreas de la Jefatura de Gabinete: integró la Subsecretaría de Atención Vecinal como coordinadora de “Líderes de Proyecto”; fue jefa de Gabinete de la Dirección General de Modernización de Servicios al Ciudadano, en la Subsecretaría de “Ciudades Inteligentes”; y finalmente tuvo a su cargo la Coordinación de Gestión de la Secretaría de Planificación y Control de Gestión. Hasta el 2021 contaba con un presupuesto millonario que supera los 170 millones de pesos, hoy, ampliamente superado.