El Gobierno que preside Daniel Ortega en Nicaragua excarceló este miércoles a una docena de sacerdotes y los envió al Vaticano tras un acuerdo con la Santa Sede.
A través de una declaración, el Gobierno de Nicaragua explicó que «luego de sostener fructíferas conversaciones con la Santa Sede» se logró un acuerdo para el desplazamiento hacia el Vaticano de 12 sacerdotes «que, por distintas causas fueron procesados, y que han viajado hacia Roma, Italia, esta tarde».
En la nota, el Ejecutivo nicaragüense dijo que «este acuerdo logrado con la intercesión de altas autoridades de la Iglesia Católica de Nicaragua y en el Vaticano representa la voluntad y el compromiso permanentes de encontrar soluciones, en reconocimiento y aliento de tanta fe y esperanza que anima siempre a los creyentes nicaragüenses, que somos la mayoría». Los sacerdotes serán recibidos en Roma por personal de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, indicó el Gobierno de Managua.
Los sacerdotes excarcelados y enviados al Vaticano son Manuel Salvador García Rodríguez, José Leonardo Urbina Rodríguez, Jaime Iván Montesinos Sauceda, Fernando Israel Zamora Silva, Osman José Amador Guillén, y Julio Ricardo Norori Jiménez.
Además, Cristóbal Reynaldo Gadea Velásquez, Álvaro José Toledo Amador, José Iván Centeno Tercero, Pastor Eugenio Rodríguez Benavidez, Yessner Cipriano Pineda Meneses y Ramón Angulo Reyes.
La ausencia de Rolando Álvarez
Entre esos religiosos, sin embargo, no se encuentra el obispo Rolando José Álvarez Lagos.
Álvarez fue condenado en febrero de 2023 por «traición a la patria” tras negarse entonces a ser expulsado de Nicaragua hacia Estados Unidos junto a otras 222 personas. Ortega tildó a Álvarez de «desquiciado” y «energúmeno”
El obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión, despojado de su nacionalidad, y también le quedaron suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida.
Álvarez es el primer obispo arrestado, acusado y condenado desde que Ortega retornó al poder en Nicaragua en 2007, tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985, y presidió por primera vez el país centroamericano de 1985 a 1990.