Los préstamos que piden las empresas para mantener sus negocios cayeron a la mitad en los últimos cuatro años afectados por la pérdida de valor de la moneda, las restricciones monetarias y la suba de los encajes bancarios por parte del Banco Central entre otras causas que alistó un informe de la consultora First Capital Group (FCG).

Los llamados créditos comerciales constituyen un tipo de financiamiento al que las empresas acuden para adquirir capital de trabajo y bienes puntuales, además de ser un recurso para pagar servicios o para refinanciar pasivos, entre otras posibilidades. 

El informe consigna que a principios de 2014 el stock actualizado por IPC alcanzaba una cifra que hoy equivaldría a $750 mil millones pero a fines de 2018 el número apenas superaba el techo de los $390 mil millones.

El dato se suma a los indicadores de la crisis que atraviesan los proyectos privados, en especial los productivos. Este domingo Tiempo publicó que en el último año cerraron 1.328 empresas y que desde la llegada de Mauricio Macri a la presidencia de la Nación bajaron sus persianas unas 3 mil firmas de todo el país.

Los 393.939 millones de pesos que se registraron a fines de 2018 representan un 3,63% menos que en 2017 cuando los préstamos llegaron a los $408.770 millones y según la mirada de FCG lo más probable es que la caída se seguirá pronunciando en los próximos meses.

Para el socio de FCG, Guillermo Barbero, “todo esto evidencia la fragilidad de nuestra estructura económica, la cual no es capaz de mantener un rumbo creciente por lapsos más prolongados, a pesar de los esfuerzos de los operadores públicos y privados que intervienen en la misma”.

El trabajo de la consultora tomó como referencia el índice de precios al consumidor de la CABA para obtener cifras comparables. En ese aspecto señaló que desde 2014 solo hubo dos semestres con crecimiento real que fueron el segundo de 2015 y el segundo de 2017, dos períodos con gobiernos de distinto signo y con elecciones. “La realidad muestra que, salvo esos pocos meses, la declinación de la actividad financiera y productiva es evidente”, agregó Barbero.

La fuente hizo hincapié en que el volumen de financiamiento ha venido cayendo en los últimos años “en la medida en que se va desvalorizando nuestra moneda”. En el último tramo de 2018 se apreció el impacto de las restricciones monetarias que impuso el Banco Central con el fin de morigerar la inflación, lo que repercutió en la capacidad de los bancos para prestar a raíz de la suba de los encajes bancarios.

Según FCG en el último semestre del año pasado se observaron dificultades para reducir las cuentas por cobrar a clientes y mercaderías. También se limitaron las inversiones en planta y equipo “se rescataron inversiones financieras y se vendió moneda extranjera para poder cancelar deudas en pesos a tasa variable”.

“Mientras no podamos recuperar el valor de nuestra moneda y derrotar a la inflación, todos los esfuerzos que se realizan en el segmento financiero de la economía para impulsar un crecimiento de la actividad, abarcar mayores sectores productivos y propender a la inclusión, terminan siendo estériles y solo dan como resultado quedar en el mismo lugar del que partimos” finalizó Barbero.