La confusa detención del lonko mapuche Facundo Jones Huala durante la madrugada del domingo en El Bolsón se convirtió en el instrumento de una operación mediática protagonizada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y sus amigos gobernadores filo-libertarios de Río Negro y Chubut, Alberto Weretilneck e Ignacio Torres, respectivamente.
La operación se desmoronó a poco de iniciada y tenía el propósito de reponer a Jones Huala como enemigo público, asociarlo con los incendios forestales que sufre la Comarca Andina y reflotar por enésima vez el fantasma de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), que agitan cada año para ocultar la inoperancia oficial en la prevención de incendios recurrentes que arrasan vidas y hogares.
Bullrich, Torres y Weretilneck usaron como excusa para ello el devastador fuego que aun arrasa Epuyén, pero también un extraño incendio de camiones y maquinaría vial en una estancia de Trevelin, el sábado, que viejos conocedores del lugar consultados por Tiempo asocian a una áspera interna empresaria por negocios turísticos millonarios a las puertas del Parque Nacional Los Alerces.
Pero la maniobra quedó en evidencia cuando «La Gremial de Abogados«, una asociación que brinda patrocinio a organizaciones sociales y comunitarias, intervino con celeridad y reveló que Jones Huala había sido liberado el mismo domingo sin que existieran cargos o imputaciones en su contra, salvo la resistencia al arresto evidenciada en los moretones de su rostro que mostraban las fotos.
El arresto de Jones Huala
Según la información oficial, que medios locales y regionales reprodujeron rápida y acríticamente, Jones Huala fue arrestado a las cuatro de la madrugada en el centro de El Bolsón, al ser detectado en un presunto intento por abrir autos estacionados, con elementos probatorios que duraron lo que hielo al sol. No obstante, la Policía arguyó «hurto en grado de tentativa» y «resistencia a la autoridad«, por no someterse a la captura.
El gobernador Weretilneck demoró apenas unas horas para anunciar el arresto desde X (ex twitter), en el mismo posteo donde revelaba la detención de un presunto delincuente en la localidad de Allen, en el Alto Valle. «Tolerancia cero al crimen en Río Negro«, declamó. No todos los días anuncia arrestos.
TOLERANCIA CERO AL CRIMEN EN RÍO NEGRO
— Alberto Weretilneck (@Weretilneck) January 19, 2025
Anoche la Policía de Río Negro demostró firmeza y eficacia. Facundo Jones Huala fue detenido en El Bolsón mientras intentaba robar vehículos en pleno centro de la ciudad. Un individuo con un largo historial delictivo que vuelve a ser puesto… pic.twitter.com/kx2onxF2SL
Minutos más tarde, Bullrich se valió de su cuenta de Instagram para celebrar que Jones Huala había sido «detenido cerca de los incendios en Chubut» (Epuyén queda a 35 kilómetros de El Bolsón), lo calificó de terrorista y argumentó una activación de un monitoreo de emergencia cuando intentaba abrir un auto. «A estos violentos que quieren imponer el caos atacando la propiedad, la seguridad y la vida de los argentinos les digo claro: PRESOS VAN A TERMINAR», vociferó Bullrich, en mayúsculas.
El círculo cerró a la tarde en Esquel, Chubut. En una conferencia de prensa, el gobernador Torres encuadró a los incendios como represalia por el desalojo de la Lof Pailako en el Parque Nacional Los Alerces, introdujo el fantasma de la RAM y a Jones Huala como autor material de los incendios de Epuyén, y hasta sumó la participación de «grupos organizados del conurbano bonaerense», en los conflictos locales.
Cronológicamente, la narrativa de Weretilneck asocia a Jones Huala con el delito común y el narcotráfico, la de Bullrich asume la dirección política, lo condena como terrorista y lo asocia con los incendios de la Comarca Andina, mientras Torres lo articula como organización estructurada con capacidad operacional y lo condimenta con intervención política clandestina desde la provincia de Buenos Aires.
Mientras tanto, el incendio de Epuyén carbonizó 76 hogares y arrasó con la biodiversidad en las tres mil hectáreas de bosque en su inmensa mayoría de pinos altamente combustibles, implantados y abandonados por el Estado provincial que niega recursos para su raleo y reemplazo por flora nativa, a la vez que despiden y precarizan a los brigadistas y desmantelan Parques Nacionales.
En esa provincia se desataron más focos el fin de semana en la zona de Atilio Viglione, al sur, y cuatro ayer en la pequeña localidad de El Hoyo, al límite con Río Negro. Sucedía mientras el gobernador aumentaba su ataque contra las comunidades mapuches y personalizaba sus agravios en Jones Huala.
La causa por la detención del lonko en El Bolsón quedó a cargo de la fiscal adjunta Daniela Ortiz Celoria, quien descartó la existencia probada de delitos y ordenö liberarlo rápidamente el mismo domingo. Tiempo Argentino tomó contacto con la fiscal para tener la información de fuente directa y fidedigna, pero se negó a responder consultas sobre la causa y remitió a la oficina de prensa del Ministerio Público: “No tenemos permiso para hablar con la prensa”, argumentó.
Todas las fuentes consultadas por Tiempo Argentino en Río Negro coincidieron, aun con matices, en la naturaleza de la operación: “O salieron a cazar a Jones Huala de madrugada para subirlo nuevamente al ring, asociarlo a los incendios y reflotar a la RAM, o lo vieron en la calle por videovigilancia y aprovecharon la ocasión para todo lo anterior y reconstruir la figura de un enemigo público multiuso”.