“Una no sabe qué hacer en estas fechas –dice Vardush Davtyan, 61 años, armenia, madre del desaparecido Policía de la Ciudad Arshak Karhanyan –. Pasaron cinco largos años y no voy a hacer más marchas porque no tiene sentido. Lo mismo me pasa en los cumpleaños. El 26 de octubre cumplió 32 y no sé qué hacer, si comprar una torta o ir a la iglesia. Porque ni siquiera puedo ir al cementerio”.
Vardush llegó a la Argentina junto a su esposo y sus dos hijos en diciembre de 1997 provenientes de Vanadzor, la tercera ciudad más grande de Armenia. A Tigran, el mayor, todavía lo conserva. Arshak, el que hubiera celebrado en octubre, lo tiene desaparecido desde el 24 de febrero de 2019. Cinco largos años.
“Es muy triste, pero casi perdí la esperanza de encontrarlo con vida. Solo quiero saber qué le pasó, qué le hicieron. Ya pasó mucho tiempo, ¿qué van a encontrar ahora? La que sufro soy yo. Ya perdí”.
La investigación por la desaparición de Arshak, en manos del juez subrogante Martín Yadarola del Juzgado en lo Criminal y Correccional Nº4, tuvo en las últimas horas un par de novedades. La primera es que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) comenzará a cotejar los restos genéticos de todos los cuerpos sin identificar posteriores al 24 de febrero de 2019 (el último día que se lo vio con vida al agente) luego de que el juez aceptara el pedido de la querella, encabezada por Vardush y patrocinada por la Red Federal de Derechos Humanos.
La segunda noticia es la presentación de una solicitud de Acción Urgente ante el Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas con el fin de que intervenga para asegurar la búsqueda del paradero del policía y la investigación de lo sucedido y determinar sus responsables. Se pidió, además, que el Estado proporcione información sobre las medidas adoptadas para buscar a la persona desaparecida.
Esta medida de prueba había sido propuesta por la querella hace tiempo, pero recién prosperó con la salida del ex juez del caso, Alberto Baños, quien había sido recusado por el entonces abogado de la Secretaría de Derechos Humanos, Mariano Przybylski, por entorpecer la investigación y ser responsable de que se arruinaran pruebas fundamentales de la investigación. Actualmente, Baños es el secretario de Derechos Humanos de la Nación y tiene a su cargo, entre otras responsabilidades, el área de políticas contra la violencia institucional.
“Ahora que el juez autorizó el cotejo de ADN hay posibilidades de que mi hijo aparezca. Pero yo mismo no sé lo que quiero. Hay noches en que digo ´ojalá que aparezca de cualquier forma, que aparezca un cadáver y coincida con mi hijo´, pero hay otras noches en que pienso ´por favor que no aparezca, que se quede todo así´ porque eso sería confirmar lo peor”.
El caso
Según las cámaras de seguridad, Arshak estuvo aquel 24 de febrero de 2019, alrededor de las 13, en la puerta de su edificio, en Caballito, hablando con el oficial Leonel Herba, antiguo compañero suyo en la División Exposiciones de la Policía de la Ciudad. Según lo declarado después por Herba en la causa, charlaron sobre el interés de Arshak en la compra de un auto. Llama la atención porque el joven desaparecido ya estaba pagando uno en cuotas.
De acuerdo al relevamiento de las cámaras de seguridad, Arshak se despidió de Herba y subió a su departamento para volver a salir a los pocos minutos. Luego se lo ve caminando hacia la estación Primera Junta del subte A, donde retiró 2000 pesos de un cajero automático. Por último, se lo registra ingresando al hipermercado Easy de Rivadavia y Paysandú, donde compró una pala, y saliendo por avenida Rivadavia en dirección a Flores.
La diputada de la Ciudad Victoria Montenegro acompañó a la familia desde el principio del reclamo de justicia y denunció en reiteradas oportunidades la nula voluntad política por parte del Gobierno de la Ciudad para esclarecer el caso.
Entre las irregularidades del expediente destacan que las pericias en los celulares y computadoras fueron intencionalmente mal hechas con el fin de perder información, según lo dictaminaron peritos de Gendarmería, la Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP).
Además, se probó que las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona donde desapareció Arshak habían sido editadas y se “plantaron” en la causa testimonios con el fin de analizar falsas hipótesis y desviar la investigación.