La corrida cambiaria en contra del peso goza de buena salud. Este miércoles 13, el abandono del peso por parte de inversores grandes continuó con fuerza. En general, la explicación es que las recetas del gobierno harán que la economía nacional, que ya está débil, ingrese en la recesión, más aún después del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Así las cosas, el peso debería debilitarse y si ello no sucede con mayor fuerza es por el respirador artificial de la supertasa de interés del Central, del 40% anual.
Por otro lado, en el mundillo financiero causa perplejidad la política de la entidad que dirige Federico Sturzenegger. El Central salió a vender dólares de las reservas para satisfacer la demanda e impedir que la divisa subiera. Pero al mediodía abandonó el mercado mayorista, con lo que hubo muy pocos dólares para satisfacer la demanda. El resultado: el dólar mayorista llegó a $26,25 aunque sobre el cierre, el BCRA volvió al mercado y lo llevó a $26. Tras las idas y vueltas, las reservas cayeron en unos 90 millones de dólares.
El otro dato notable fue que la venta de pesos y búsqueda de dólares se dio a pesar del anuncio del Ministerio de Finanzas, que dirige Luis Caputo, de que esa cartera venderá los dólares que reciba del FMI con un método por el cual anticipará al mercado las fechas y montos a licitar.
El anuncio del gobierno debería haber dado confianza a los inversores, en el sentido de que no faltarán dólares para abastecer la demanda. Sin embargo, persisten la desconfianza y la percepción de que el peso, tarde o temprano seguirá perdiendo valor.
En ese sentido, todas las posiciones del mercado de futuros (Rofex) subieron. En el caso de las negociaciones de dólar a diciembre, la cotización subió un 2,7%, muy por encima de la suba del dólar negociado en el momento, cuyo valor se incrementó un 0,8%.
Un tercer elemento integró la jornada financiera del miércoles: la suba de las tasas de interés en los Estados Unidos en 0,25 de punto porcentual o 25 puntos básicos, como se dice en la jerga financiera. Cada vez que esto sucede, los inversores suelen vender sus activos en moneda local (acciones, bonos, letras del BCRA, etc) y se pasan al dólar para luego fugarse hacia el mercado de EEUU.
Ahora bien, era sabido que la suba estaba en camino. No había certeza de cuándo y cuánto, pero sí que sucedería. En un contexto así, sorprendió aun más el comportamiento del BCRA, de intervenir y luego abandonar el mercado.
Para el economista y trader Diego Martínez Burzaco, dijo que la suba de tasas en EEUU fue un «sobre llovido mojado» en el mercado, y que la previsión de otras dos subas adicionales para el resto de 2018 implica una mayor preocupación.