El gobierno de Alberto Fernández completó las designaciones en medios estatales a poco de cumplirse un mes de gestión. En una súper secretaría que estará a cargo del ex CEO del Grupo Octubre, Francisco Meritello, y que tendrá a su cargo la gestión de los medios, contenidos y comunicación del gobierno (incluida la publicidad oficial).
Claudio Martínez será el encargado de encabezar la Sub Secretaría de Medios Públicos. El histórico productor de televisión (El Oso Producciones) también será el Presidente de la sociedad Contenidos Públicos S.E. donde tendrá como ladera a Jésica Tritten en la vicepresidencia. Ambos controlaran las señales culturales y educativas PakaPaka (donde designaron a Cielo Salviolo), Encuentro (María Marta García Scarano) y DeporTV.
Bajo el paraguas de Martínez también estarán Télam (donde Bernarda Llorente ya ejerce el cargo de Directora) y Radio y Televisión Argentina S.E., donde Rosario Lufrano fue designada presidente del directorio. La estructura se completa con las designaciones al interior de RTA S.E.: Eliseo Álvarez será Director de la Televisión Pública junto a Daniel Miguez en la Gerencia de Noticias, Alejandro Pont Lezica hará lo mismo con Radio Nacional secundado por el periodista Gustavo Campana mientras tres mujeres dirigirán las FMs: MikkiLusardi (Rock), Andrea Merenzón (Clásica) y Mavi Díaz (Folklórica).
Las nuevas autoridades tienen un marcado perfil de trayectoria en la producción de contenidos. Esto es mucho más marcado en los canales de televisión. Para las radios existe menos experiencia pero cierta afinidad temática con las áreas a gestionar. Algunos casos como los de Lufrano, Salviolo o Tritten implican, además, la incorporación de personas que ya estuvieron en medios estatales. Las muy buenas experiencias de los canales Paka-Paka y Encuentro durante el kirchnerismo parecen el punto de referencia a recuperar por esta nueva gestión. Lufrano, por su parte, fue directora de Canal 7 durante entre 2006 y 2008.
Los desafíos son amplísimos. Durante el gobierno de Mauricio Macri y bajo la gestión de Hernán Lombardi los medios estatales sufrieron una severa pérdida de audiencia que llevó a Radio Nacional a perder el 80% de su rating en AMBA y a la TVP a perder un espacio similar. Lombardi también decidió frenar la producción de contenidos en vivo durante los fines de semana en ambos medios mientras que despidió a cientos de trabajadores en los canales culturales y en la Agencia Télam. En Radio Nacional, las 49 emisoras que componen la cadena en todo el país debieron entrar en cadena de repetición de contenidos generados en Buenos Aires en una de sus dos frecuencias. Por último, los medios estatales tuvieron una fuerte reducción presupuestaria en estos últimos años que, entre otras cosas, afectó también los niveles de producción propia.
Para recuperar un lugar en la agenda mediática y social, los medios estatales deberán contar con producción propia, inversión y nuevas (y diversas) voces aunque también acelerar un lento camino hacia la adaptación de los cambios socioculturales. Las formas, usos y prácticas de los argentinos para acceder a cultura, entretenimiento e información han cambiado y cambian de manera constante. El posicionamiento de contenidos en diversas pantallas y la atención de diversos momentos de atención serán una necesidad.
Y la política. La expresión y discusión de las distintas formas de ver e interpretar la coyuntura política, social y económica de los argentinos deben recuperar su espacio en las programaciones de los medios estatales. Y ahí es, quizás, donde los funcionarios designados por Alberto Fernández deberán jugar el juego de diferenciarse del macrismo (con alergia a la apertura de temas políticos en la pantalla de la TVP) y al mismo tiempo del último paso del kirchnerismo (donde los medios fueron utilizados para dar lugar solo a voces oficialistas).
Por último, Alberto Fernández, Santiago Cafiero y Francisco Meritello cuentan con otros dos desafíos más “estructurales”: la situación laboral y salarial de los trabajadores de estos medios y la institucionalidad de los mismos. Como sucedió con el ENACOM, Macri definió una estructura de gestión extremadamente gubernamental que debe revisarse y paralizó organismos de asesoría y participación que deberán reactivarse.
Como en cada una de las áreas del Estado, el paso del macrismo por los medios estatales debilitó su estructura, financiamiento y volumen de producción. Las nuevas autoridades cuentan con la oportunidad de recomponer esa situación y lograr que los medios estatales dejen, de una vez por todas, de ser gubernamentales y sean públicos, de todos.