El “milagro” del que habla Javier Milei sigue sin reflejarse en la realidad. Datos del INDEC que se conocieron hoy ratifican la persistencia de la contracción del consumo en supermercados, centros mayoristas y centros de compras (shoppings).

Según la Encuesta de autoservicios mayoristas en junio las ventas se contrajeron un 14,5% con relación al mismo mes del año anterior y acumulan una caída del 12,6% el primer semestre en comparación con el mismo período de 2023. El retroceso de junio desmiente los pronósticos oficiales que aseguran que “lo peor ya pasó” y que nos encontramos en el vértice de un cambio de tendencia.

Es que, en mayo y a nivel mayorista, la caída había sido del 13,3% que ahora escaló 1,2 puntos porcentuales. En aquel mes, además, la actividad intermensual había mostrado señales de recuperación con una suba del 1,7% con relación a abril luego de seis meses consecutivos de retrocesos. En junio, sin embargo, las ventas retomaron la tendencia negativa con una nueva contracción, esta vez del 0,5%.

El sector mayorista se adelanta a lo que ocurre a nivel de los supermercados que mostraron una caída del 7,3% y un acumulado semestral del 11,6%. Se trata del octavo mes consecutivo de retrocesos interanuales y el catorceavo retroceso intermensual acumulado.

Los salarios detrás

La contracara del derrumbe del consumo, claro, es la caída de los salarios que, entre junio de este año y el mismo mes del anterior, en promedio, retrocedieron en términos reales un casi idéntico 14,9%. La pérdida del poder adquisitivo en un año llega hasta el 30,2% para los trabajadores informales, a un 22,8% para los empleados registrados del sector público y a un 6% para los del sector privado.

¿Quién paga la crisis?

En el sector también se verifica la situación en tanto el personal ocupado en supermercados disminuyó un 2% en forma interanual mientras que en los centros mayoristas lo hizo en un 4,4%.

A la vez, el costo laboral total se contrajo un 18% en supermercados sobre la base especialmente de un retroceso salarial de cajeros y repositores cuya masa salarial retrocedió en términos reales un 21%. En mayoristas el costo laboral cayó un 16% a precios constantes y los salarios de cajeros y repositores lo hicieron un 25%. Así las cosas, hacia adentro, las empresas de supermercados y mayoristas volcaron su crisis sobre la espalda de sus trabajadores.

Expectativas sombrías

La encuesta de supermercados y mayoristas también difunde la visión que tienen los empresarios del sector sobre el curso del negocio y el futuro inmediato. Un 22% de los supermercadistas y un 23,5% de los mayoristas asegura que la situación financiera de su compañía es mala mientras que apenas el 10% y 11,8% la consideran buena.

El 39% de los supermercadistas considera que el acceso al financiamiento se ha tornado difícil a la vez que el 61% de los empresarios del sector atribuye las dificultades a la retracción de la demanda. Un 18,6%, creen que la situación empeorará y un porcentaje idéntico asegura que reducirá su planta (17,6% en mayoristas”.