El consumo de carne se desploma en medio de la crisis económica. La estadística del primer trimestre del año confirma el camino descendente pero en marzo se apreció el número más bajo, 48,3 kilos por persona, un piso inédito en once años y el segundo registro más bajo desde marzo de 1958, que es el primero que figura en los datos del Instituto para la Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA).

La crisis es palpable para cualquier hijo de vecino que se regale una excursión a la carnicería. Una encuesta del Centro de Economía Política (CEPA) en conjunto con Proyección Ciudadana consignó que en el mismo mes el 62 por ciento de los consultados disminuyó el consumo del alimento clave de la dieta local mientras que un 31% reconoció un estancamiento de sus compras.

Según la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne (CiCCRA) en abril el consumo fue del 52,8%, un nivel todavía bajo (sin ir muy lejos, en abril de 2018 fue de 56,9 por ciento).

A la hora de las explicaciones la crisis, los aumentos de los precios de los alimentos y la caída del salario pican en punta. Pero también aparecen factores estacionales y las exportaciones, que con la apertura del gigante mercado chino tienden un manto de dudas sobre el futuro del consumo del alimento clave de la dieta argentina.

El IPCVA planteó que la relación consumo interno exportaciones sigue en línea con la historia. El promedio tradicional, según voceros consultados, es del 80% para consumo interno y 20% para los mercados del mundo. Pero, si bien “el stock ganadero argentino está igual y hay un crecimiento social vegetativo que implica que el consumo es cada vez más alto respecto al stock ganadero”, la tendencia muestra una paulatina recuperación de las exportaciones.

Un artículo del  medio Agrofy News informó que el negocio de la exportación movió en abril un 35,6% más de dinero que en el mismo mes de 2018. A la par, los volúmenes exportados fueron 49,3 por ciento superiores a los de abril de 2018 sin incluir menudencias y vísceras.

Y la proyección alcista tiene fundamentos porque en los últimos días los empresarios de la carne festejaron la apertura del mercado chino.

Con más de mil millones de habitantes de por sí es una mina de oro para cualquier hombre de negocios, la novedad es que el gigante asíatico informó que aumentará sus compras de carne vacuna, lo que proyecta una sombra incierta sobre el futuro del consumo local.

La demanda china

China apela al recurso bobino para paliar el bajón de stock de carne de cerdo, afectada por la llamada “fiebre porcina africana”. La enfermedad producirá una caída de la producción del 5% y de 51,4 millones de toneladas que faltarán en las góndolas de los comercios. Además, la proyección es que la pérdida por causa del problema se podría duplicar en el futuro.

La carne vacuna compensará apenas un 20% del consumo chino pero aun así se calcula que las importaciones chinas de ese producto crecerán a 2 millones de toneladas.

El panorama tiene a los ganaderos locales frotándose las manos. El informe de Agrofy News explica que China fue el principal destino para la carne vacuna argentina ya en el primer cuatrimestre de 2019, antes del “efecto fiebre porcina”, con 93 mil toneladas aproximadamente muy lejos del segundo, Chile, que compró 9,4 mil toneladas. Los asiáticos también fueron el primer mercado en términos de divisas con un 56,7% del total. 

La fuente consultada aseguró que “por ahora” el consumo local estará a salvo del factor oriental. “Por ahora China compra cortes que no tienen demanda local. Son recortes y desperdicios que salen de la faena de animales viejos. Si más adelante amplían el tipo de consumo es posible que se sienta en el país”, explicó.

De todos modos, la proyección de la industria es que las exportaciones a China crecerán en 2019 un 10 o 12 por ciento comparado con 2018 en el marco de un objetivo de 600 mil toneladas totales exportadas a todo el mundo.

Diversificación local

Los especialistas relativizan el bajísimo número del consumo de carne de marzo. En primer lugar recomiendan tener en cuenta que es un mes con características estacionales (igual que septiembre). Ese mes “hay que considerar la salida de los feedlot y el “efecto llenado de heladera típico del regreso de las vacaciones; los precios suben en marzo y eso hace que se retraiga el consumo”.

Además resaltan que los datos recientes no son comparables con el consumo de décadas atrás, cuando el consumo de carne vacuna era prácticamente hegemónico en el plano de la proteína animal. Hasta los 80, argumentan, la carne de vaca era el 90% del consumo total mientras que en la actualidad hay cerca de un 44% de pollo, y en menor medida cordero, cerdo y pescado.

El informe del CEPA de marzo es sobre el consumo de carnes en general. En los sectores sociales menos favorecidos la caída del consumo alcanzó al 67% de los encuestados pero en los sectores socioeconómicamente altos también se registró una caída importante, del 54%.