Una de las prácticas más macabras que dejó el conflicto armado en Colombia es la desaparición forzada de más de 60 mil personas, perpetradas por autores desconocidos en el 51,4% de los casos, según un reciente informe del Centro Nacional de Memoria Histórica.
Según el trabajo, del resto de los desaparecidos, el 46,1% fueron realizados por paramilitares, el 19,9% por las guerrillas; 8% por agentes del Estado y otro 15,9% por grupos armados no identificados.
El diario El Tiempo señala que hasta hace poco, la cifra oficial era de 26 mil desaparecidos vinculados al conflicto social y armado, pero que según el nuevo informe ese drama lo viven hoy 60.630 familias. Entre 1970 y el 2015 tres personas fueron desaparecidas cada día, en promedio, lo que equivale a un caso cada ocho horas.
Aunque la mayoría de estos crímenes se perpetraron en décadas pasadas, llama la atención que entre el 2005 y el 2015, de acuerdo con el documento, se denunciaron casi 10 mil víctimas.
Estos 34.630 casos que engrosaron el registro nacional fueron documentados gracias a la inclusión de los registros que tiene la Unidad para las Víctimas y otras instituciones gubernamentales, ONGs, declaraciones de los actores armados y bases de datos de 102 fuentes sociales e institucionales como periódicos, reportajes audiovisuales, sentencias judiciales y fotografías, entre otros.
Además, se registraron casos que habían sido excluidos «debido a que no existía información sobre el victimario o el perfil de la víctima y se extendió el criterio de inclusión a aquellos casos de secuestro que mutaron en desapariciones forzadas porque el perpetrador se negó a dar información de la víctima luego de que se cumplieran o no las exigencias por su liberación», señala el informe.
Igualmente, fueron tenidas en cuenta las exhumaciones realizadas por la fiscalía en fosas comunes de todo el país. El informe menciona que al 1 de junio de 2016, la fiscalía ha practicado 6570 exhumaciones, de las cuales ha identificado 3075 cuerpos. De ese total solo 1334 personas habían sido reportadas como víctimas de desaparición forzada.
De las 5849 desapariciones cometidas por las guerrillas, 4553 no identifican al grupo guerrillero, mientras que 1067 fueron atribuidas a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), 157 al ELN (Ejército de Liberación Nacional), 21 al EPL (Ejército Popular de Liberación) y 21 a disidencias guerrilleras.
Muchos casos corresponden a secuestrados que nunca regresaron a sus hogares. No menos de 500 son militares que terminaron cautivos tras combates o que fueron secuestrados cuando iban de civil y sin armas.
El informe muestra que de las 2331 desapariciones atribuidas a agentes del Estado, 1472 corresponden a miembros del Ejército, 653 a policías, 55 al liquidado DAS (policía secreta), 25 a miembros de la Armada y siete efectivos a la Fuerza Aérea.
El Centro de Memoria Histórica revela que, en promedio, nueve de cada diez víctimas eran hombres. Y que aunque aún no se tiene registro de mujeres que desaparecieron estando embarazadas, la base de datos ha podido documentar 12 casos.
Entre esas víctimas está Omayra Montoya, desaparecida en 1977, con tres meses de gestación y quien además es la primera víctima de desaparición forzada reconocida en Colombia. El caso, aún impune, fue perpetrado por agentes del desaparecido F-2 de la Policía en Atlántico.