Con el fin de la feria judicial, cuatro firmas del sector agropecuario se presentaron a concurso de acreedores: Los Grobo, Agrofina, Surcos y Sancor.
El caso más llamativo es el de Los Grobo, cuya conducta comienza a ser comparada a la de Vicentin, con la salvedad de las dimensiones en juego: la deuda concursada por la malograda cerealera ascendía a U$S 1300 millones mientras que la de la firma de insumos no supera los U$S 220 millones.
Pero el punto en común estaría en la sospecha de que en ambos casos se trataría de un default de deuda preparado para estafar a los acreedores. En Los Grobo llama la atención el comportamiento ante los productores de granos, los bancos y la aplicación de cláusulas de garantía que recaen sobre los propios acreedores.
De acuerdo con estas miradas, esta conducta estaría motivada por un fallo general en los cálculos financieros, caracterizado por una sobrevaloración de los ingresos y la subestimación de los egresos en la etapa posterior a la salida de la pandemia.
Conductas
Los Grobo es propiedad de un fondo de inversión, Victoria Capital, con presencia en las actividades agropecuarias en Brasil, Chile y Perú, entre otros países de la región. Los Grobo redujo la producción de grano propio y se transformó en una acopiadora de granos ajenos que hace la diferencia con el precio al que los vende.
Los Grobo es una muestra de la cada vez más fuerte presencia del capital financiero en la actividad agropecuaria. Cuando anunciaron el primer default, de apenas U$S 100.000, en diciembre de 2024, llamó la atención de que la firma no apelara al abundante crédito en dólares que ofrecen los bancos por el efectivo acumulado con el blanqueo.
Ello se explicó luego, en enero último, con el comportamiento de la empresa, que defaulteó sus deudas con los bancos, ya no solo los pagarés bursátiles y a los productores de granos.
De acuerdo con datos del mercado, la deuda total consolidada de Los Grobo (incluida su controlada Agrofina) asciende a U$S 207 millones, de los cuales U$S 52 millones vencen en los próximos tres meses. Las empresas cuentan con inventarios de rápida realización por U$S 65 millones y caja disponible de U$S 15 millones.
Al anuncio de que no pagaría el primer pagaré de diciembre, siguió la emisión de cheques sin fondo. Solo en la primera semana de enero acumuló más de $ 1300 millones en esos medios de pago sin respaldo, una cifra 13 veces superior al anunciado default inicial.
Tras defaultear a los bancos Galicia, Santander, HSBC, Hipotecario, Macro y Provincia por U$S 22,1 millones y $ 9485 millones, entre capital e intereses, su decisión gatilló la ejecución de garantías que afectaron a los productores que entregaron sus granos a Los Grobo, ya que esos mismos granos eran parte de la garantía de un préstamo por U$S 50 millones con una financiera holandesa.
Retenciones
La baja temporal de las retenciones que anunció el gobierno nacional la semana pasada apuntaría, en parte, a incrementar el dinero en manos de los productores para ver si con ello se mueve un poco más la rueda financiera del sector agropecuario.
Este martes, las autoridades del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) se reunieron con el ministro de Economía, Luis Caputo, para hacer lobby en favor de la profundización de esa quita, sea extendiéndola en el tiempo o ampliándola con mayores reducciones.
El hecho es que las empresas proveedoras de insumos (fertilizantes y agroquímicos en general), como Agrofina y Surcos, están en rojo financiero por la compra de materia prima en el exterior a precios elevados mientras que las ventas en Argentina cayeron un 30% en 2024, según datos del Ministerio de Economía.
Detrás de ese derrumbe del consumo de insumos está la caída de los precios internacionales de los granos, especialmente de la soja y el maíz, y la elevación de los costos de producción locales por el dólar barato. En ese escenario, la reducción de las retenciones podría tener sabor a poco, como reflejaron referentes de la Sociedad Rural.
La decisión de los Los Grobo de no pagar sus deudas ha puesto de relieve la cada vez mayor fisura entre los jerarcas de la Mesa de Enlace y los productores. La organización gremial empresaria rural no dijo nada mientras productores montaron guardia durante tres días en la puerta del establecimiento de Los Grobo en San Miguel del Monte, Buenos Aires, para lograr que la empresa les devolviera los granos entregados.
Ahora, el ingreso al concurso de acreedores pone en guardia a toda la cadena de valor agropecuaria ya que derivaría en una reducción de las deudas bancarias y comerciales, ampliando el espectro del quebranto.