Se sabe que el cine abre caminos y facilita el contacto cultural entre realidades mutuamente extrañas. Los responsables del Centro Cultural Coreano de Madrid, dependiente de la Embajada de Corea del Sur en España, lo tienen más que claro y aprovechan esta plasticidad del séptimo arte para fortalecer los lazos culturales del triángulo que integran Corea, España y la Argentina.

Los responsables del Centro Cultural Coreano de Madrid presentarán a partir de mañana y hasta el 10 de abril la primera edición del ciclo de cine Korean & Latin American Film Screening, que se dedicará a presentar una serie de películas utilizando la figura del díptico. Cada uno de estos dípticos pondrá en paralelo a un título de origen coreano con otros pertenecientes a un país invitado, que en este caso será Argentina. Los ejes elegidos para esta ocasión serán el anarquismo y el thriller.

Desde hace algunos años el cine coreano se ha convertido en una potencia cinematográfica, capaz de animarse a competir incluso con la usina de Hollywood, el centro neurálgico de la producción cinematográfica. Una industria que se ha hecho fuerte liderando primero su propio mercado interno, para luego conectar con la cinefilia de países lejanos, como Argentina o España, donde el cine coreano acumula cada vez más adeptos.

¿Pero por qué será la Argentina el primer país invitado a un ciclo de cine en España? En primer lugar por el fuerte vínculo inmigratorio que Corea mantiene con América latina, territorio que ha sido escenario de emigración para numerosos coreanos que se fueron asentando aquí, sobre todo en la década de 1960. Y además porque España cuenta con una gran comunidad latina, lo que hace que la idea se convierta en un plan perfecto.

Las actividades del Korean & Latin American Film Screening darán comienzo mañana con un acto inaugural que incluirá la proyección de Soledad, ópera prima de Agustina Macri, hija mayor del presidente argentino, y la labor protagónica de Vera Spinetta, hija menor del prócer rockero Luis Alberto Spinetta.

La película cuenta la historia de María Soledad Rosas, una joven argentina de 23 años cuyo suicidio en la década de 1990 la convirtió en un icono del movimiento anarquista italiano. Soledad está basada en el libro Amor y anarquía, del escritor y periodista Martín Caparrós, y se concentra sobre todo en los mecanismos internos y emotivos de la protagonista antes que en la cuestión política en torno a su figura.
Siguiendo con uno de los temas que marcarán este ciclo, el de la anarquía, la segunda película será la surcoreana Anarchist from Colony, de Lee Joon-ik. Al igual que Soledad está basada en hechos reales y cuenta la historia de un activista revolucionario que organizó un grupo anarquista durante el periodo de ocupación japonesa de Corea, durante las décadas iniciales del siglo XX.

La segunda mitad del ciclo estará dedicada al género del thriller e iniciará con la proyección de la película Todos tenemos un plan, con la figura estelar de Viggo Mortensen en el rol protagónico. Todos tenemos un plan, como Soledadtambién es una ópera prima dirigida por una mujer, Ana Piterbarg. La película cuenta la historia de un hombre que para escapar de su propia vida toma el lugar de su gemelo muerto y así acaba envuelto en una trama delictiva.

El ciclo cerrará con el preestreno en España de Memorias de un asesino, del director Won Shin-yeon, un thriller psicológico que adapta libremente una novela homónima donde un asesino con alzhéimer vuelve a las andadas tras 17 años, durante los breves lapsos en los que recupera la memoria perdida.

Esta película no debe confundirse con otra de título idéntico (en su versión en idioma castellano), estrenada en 2003 y dirigida por Bong Joon-ho, uno de los directores coreamos más populares y reconocidos en la actualidad.

Así, el cine argentino vuelve a dejar su marca en España de la mano del cine coreano.