El Banco Central anticipó que en 2024 utilizará el tipo de cambio como ancla para las expectativas inflacionarias y apenas lo actualizará en un 2% mensual. Sin embargo, no dio pistas de por cuánto tiempo mantendrá esa política, en un contexto en el que se espera una inflación de hasta 30% mensual para el trimestre diciembre-febrero.
La entidad presentó un documento con su hoja de ruta inmediata, titulado “Objetivos y Planes para 2024”. Allí puntualizó que “el ajuste del tipo de cambio cumplirá el rol de un ancla complementaria en las expectativas de inflación. Como refuerzo del ancla fiscal, el BCRA estableció un sendero de deslizamiento para el tipo de cambio de 2% por mes, de manera de proveer un ancla nominal que se extienda más allá del periodo de sinceramiento de precios relativos”.
Sin embargo, aclara que esa conducta se seguirá “temporariamente, y hasta tanto el compromiso y la visibilidad del esfuerzo fiscal sean apreciados en su total dimensión”, lo que siembra interrogantes sobre el mediano plazo.
La devaluación fue una de las decisiones que el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció en su discurso inaugural, el martes 12 de diciembre. En ese momento, el tipo de cambio saltó de $ 360 a $ 800 por dólar, con una suba nominal de 118%. Según el documento del Banco Central, esa decisión (o “sinceramiento”, según se la calificó) genera “el incentivo a la producción y a la exportación, y un desincentivo a continuar incrementando artificialmente las importaciones”, con lo que ayuda a equilibrar la balanza comercial y acumular reservas internacionales.
Pero ahora la entidad que dirige Santiago Bausili, socio de Caputo en el sector privado hasta hace pocas semanas, relativizó la firmeza de esa política y dijo que el sendero de deslizamiento (o crawling peg, como se llama en la jerga a esas minidevaluaciones periódicas) sólo se mantendrá mientras dure el reacomodamiento de precios. El planteo despertó la inquietud en el mercado sobre una nueva devaluación.
En diciembre, cuando Caputo anunció ese esquema, ya se habían escuchado críticas de economistas de diferentes corrientes ideológicas. El monetarista Diego Giacomini (ex socio del presidente Javier Milei) había anticipado que el sistema es “dinámicamente inconsistente y 0% creíble”, teniendo en cuenta que la mayor inflación generada por la devaluación consumirá el ajuste en muy poco tiempo, por lo que el crawling peg no servirá de nada.
Desde una línea de pensamiento diferente, el titular de la Consultora Sarandí, Sergio Chouza (identificado con el kirchnerismo), había señalado que “Caputo quiere correr el dólar al 2% mensual con una inflación cercana al 30% mensual. Eso es insostenible. La única pregunta relevante es: ¿En qué mes vuelve a devaluar Caputo?”.
Al comentar el documento del BCRA, la consultora Wise Capital emitió un informe que trasluce escepticismo sobre el mantenimiento de esa tasa de crawling peg, que este miércoles ya había llevado la divisa a $ 811 en el mercado oficial. “Nosotros no creemos que lo pueda sostener porque la inflación hará que ceda el ritmo de liquidaciones de exportaciones y el BCRA necesita acumular. Por eso el tipo de cambio va a necesitar ser ajustado nuevamente”, anticipó.
Los ojos de los analistas apuntan al bimestre marzo-abril, cuando se acerque el momento de la liquidación de la cosecha gruesa y los exportadores saquen cuentas de cuál fue la mejora efectiva del tipo de cambio luego del reacomodamiento de precios relativos. Allí se verá si los dólares que puede aportar el complejo sojero hacen cambiar de parecer a las autoridades del Banco Central.