El acoso fue permanente. Fueron muchos meses los que Héctor Reyes Corvalán sufrió la persecusión del empresario cordobés Néstor Quesada quien tenía como único objetivo quitarle su terreno en el paraje de Sumampa, de Nueva Esperanza.
La disputa viene desde 2012 y en los primeros días de octubre, la jueza Cecilia Paskevicius conocida por fallar siempre en contra de los campesinos. El 12 de octubre fue el día en que se iba a efectivizar el desalojo.
“Hace años que pago todos los impuestos, esto ha sido declarado tierra patrimonial por la provincia, ¿para qué?”, les gritó a la policía el hombre de 56 años. Los efectivos ya habían matado a algunos de los perros, y había golpeado y disparado contra Héctor. En un estado de desesperación permanente, mientras discutía sus derechos sobre la tierra, el hombre se rociaba con nafta de un bidón que llevaba en una de sus manos. En un instante y sin dudarlo, se prende fuego.
Reyes Corvalán fue traslado hasta Tucumán y estuvo agonizando en terapia intensiva durante diez días. Finalmente murió el lunes 23 de octubre.
“El empresario prácticamente comandaba el operativo. Él estuvo ahí junto a la policía, una vez que se prendió fuego don Corvalán se quedó ahí en la casa con la gente del operativo. Destruyeron la casa, destrozaron las cosas que había, sacaron los postes, los alambres mataron los perros y desaparecieron alrededor de veinte vacas que era la parte principal de la economía de la familia que vivía de la cría de animales”, cuenta a Tiempo Argentino, Deolinda Carrizo referente del Movimiento de Campesinos de Santiago del Estero.
Durante esos diez días, desde diferentes organizaciones denunciaron el accionar policial y el acoso de Quesada que, en el caso de Reyes le valieron varios años de golpizas y tiroteos a su casa. Uno de ellos fue el padre Sergio Lamberti quien pedía por favor y por varios medios que den a conocer el caso del campesino violentado.
“La Iglesia diocesana de Santiago del Estero a través de la Pastoral Social y Derechos Humanos abraza solidaria en el amor de Jesús al campesino Héctor Reyes Corvalán, de Suncho Pampa, departamento Pellegrini. Nuestro compañero, junto a su esposa María Rosa, son miembros de la Mesa Parroquial de Tierra de Nueva Esperanza”, expresa Lamberti en un comunicado. “Como Iglesia santiagueña renovamos nuestra opción preferencial por los pobres y su liberación integral, al tiempo que agradecemos a las comunidades campesinas nucleadas en el Movimiento Campesino de Santiago del Estero y en las Mesas de Tierras locales las muestras de solidaridad con Héctor Corvalán y su familia”, completa.
“En estos últimos tres años se recrudecieron los conflictos”, cuenta por su parte Deolinda Carrizo, referente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero. “Están cada vez más violentos. Lo paradigmático fue cuando Orlando Canido, el empresario dueño de gaseosa Manaos trajo una camioneta llena de gente armada y sacó a los campesinos de sus tierras eso fue en julio de 2016. Hubo otro episodio en septiembre de 2017 en la que ingresó de nuevo a los balazos, allí balearon a un compañero en la pierna y mataron las vacas de la familia. Ese caso fue paradigmático y todavía continúa el acoso de Canido a las comunidades de Bajo hondo y ahora nos enteramos que el territorio de El Algarrobal que limita con Salta también está en conflicto. Hubo también un empresario francés que intentó en Añatuya desalojar familias con gente armada, un oficial de justicia y la complicidad del juez Mansilla que tiene en su juzgado varios casos”.
Carrizo denuncia que hay una gran vinculación entre los empresarios, los jueces y la policía pero que la organización campesina se fortaleció en los últimos años y eso de algún modo contribuyó a que muchas expropiaciones no se lleven a cabo. “Antes aparecían con cualquier papelito y la gente tenía que salir al conocer el derecho. Pero también pasaba que antes, en los 80 había tierras hacia donde desplazarse. Las zonas del norte de Santiago siguen sin alambre porque allí conviven comunidades enteras trabajando en la cría de animales, siembras de distintas cosas de acuerdo al tiempo: calabaza, zapallo, sandía o maíz”, cuenta.
En Santiago existen varias organizaciones departamentales que tienen como fecha emblemática el 17 de abril. Además de la defensa de las tierras, hoy se formó una mesa de emergencia que se ocupa de otras cosas. “Está habilitada a nivel provincial, tiene una pata nacional y hay varias organizaciones, pero también pasó algo y es que se desmanteló la Secretaría de Agricultura familiar que era clave en este agrupamiento por eso hoy estamos denunciando el abandono por parte del Estado y la intervención de un comité de emergencia que inspeccione los lugares y las familias”, agrega.
“Dentro de las organizaciones hay ejes de trabajo vinculadas no sólo la tierra. Está la formación en salud y alimentación. Tenemos la Universidad Campesina en Ojo de Agua que es un espacio organizativo para trabajar el derecho de la tierra, la conciencia del ambiente porque acá tenemos además un conflicto enorme con los agrotóxicos y la contaminación en las aguas de la comunidad. Ese trabajo se extiende por la zona sur de la provincia pero sigue pasaron que no reconocen la existencia de esos pueblos porque la colonización ha marcado mucho”, afirma la dirigente.
Reyes es parte de esas generaciones que hay vivido en estas tierras que los empresarios hoy vienen a reclamar para sembrar soja. Ni ellos ni los jueces valoran la conservación del ambiente, la transmisión de saber ni el abastecimiento de alimentos y carnes. Están en la lógica mercantilista”, finaliza.
La familia de Héctor Reyes Corvalán anunció que seguirá peleando por sus tierras y para que haya justicia por la muerte de Héctor.