El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó hoy su informe de Mercado de Trabajo que da cuenta de la situación de empleo en el cuarto y último trimestre de 2023.
Según la información oficial, el desempleo se mantuvo estable en un 5,7% tal como se había registrado en el trimestre anterior. En ambos casos, se trata del valor más bajo que exhibe el registro oficial disponible que ofrece resultados de las últimas dos décadas.
Según reconstrucciones privadas basadas en datos oficiales resulta necesario recalar hasta el año 1983 para encontrar un nivel de desempleo inferior.
La dinámica muestra una contracción de 0,6 puntos porcentuales con relación al mismo cuatrimestre del año anterior que se reflejan en la ocupación de 457 mil personas nuevas bajo diferentes modalidades en los 31 conglomerados urbanos relevados que, proyectados al total de la población, superan las 700 mil personas ocupadas nuevas.
Un dato curioso que surge del relevamiento es que, a pesar de que se mantiene la misma tasa de desocupación, entre el tercero y cuarto trimestre, se registraron 122 mil nuevos ocupados (190 mil con proyección a todo el país).
Ocurre que, por un lado, se produjo un leve crecimiento de la población que se estima en alrededor del 0,25% y, por el otro, se profundizo el fenómeno del incremento de la tasa de actividad que se ubicó en un 48,6% cuando llegaba al 48,2% durante el tercer trimestre y a un 47,6% un año atrás.
Se trata de la población económicamente activa, es decir el porcentaje de la población que se encuentra efectivamente ocupado o busca empleo en forma activa. Esa tasa se encuentra en uno de los porcentuales más altos de la serie histórica y se explica por los altos niveles de pobreza y bajos ingresos. Es que, los alicaídos ingresos familiares obligan a más personas a buscar trabajo.
Por eso en la Argentina coexisten dos datos que a priori debieran ser contradictorios. Mientras existen apenas un 5,7% de personas desocupadas, alrededor del 45% de la población vive en hogares que no reunen los ingresos necesarios para eludir una situación de pobreza. Dicho de otra forma, el empleo no garantiza a las familias obtener ingresos suficientes para no caer en la pobreza.
En el mismo sentido descollan otras tasas como la de sobre empleo que se ubicó en un 13,8% y la de los ocupados demandantes de más empleo que alcanzan al 15,5% de la fuerza laboral.
Por otro lado y en sintonía con los datos anteriores, el trabajo informal (sin aportes jubilatorios) afecta al 35,7% de los trabajadores asalariados. El fenómeno ratifica una tendencia creciente a la vez que se trata del segmento que exhibe niveles salariales muy inferiores a los que perciben los trabajadores registrados.