En 2010 por primera vez en la Argentina se dictó una condena por delitos sexuales. Fue durante el Juicio de la Verdad, en Mar del Plata cuando se lo condenó a Gregorio Molina por violación. Fue un giro en la historia de los juicios de lesa humanidad y también en la reparación de las víctimas. Hasta ese momento, los abusos sexuales se incluían dentro de las torturas que padecían los secuestrados y secuestradas en los centros clandestinos de detención, pero el fallo que enunció “que los tormentos padecidos por las mujeres eran específicos y dirigidos contra ellas por su condición de mujer, en una clara intencionalidad discriminatoria”
Desde entonces, el panorama cambió sustancialmente y las causas comenzaron a investigar esos delitos, a medida que las victimas los denunciaban. “Para el Ministerio Público Fiscal, el delito sexual es una una agresión que afecta de otra forma a la víctima: su integridad sexual. Es otro bien jurídico el ofendido. A diferencia de la tortura que ofende la integridad fisica y psíquica. Por eso hay que tratarlo de forma separada”, explica a Tiempo Argentino la Procuradora Ángeles Ramos.
Este trabajo de persecución penal de los crímenes sexuales, el Ministerio Público Fiscal lo realiza desde hace ocho años. Según un informe publicado en la página web www.fiscales.gob.ar , desde entonces, el incremento en estos casos fue progresivo: en el año 2013 fueron cinco las sentencias obtenidas, en 2014, cuatro.
El informe afirma que “las investigaciones demuestran que las prácticas de abuso, violación sexual, tocamientos y aborto forzado fueron extendidas en todo el país durante la represión ilegal” y según el registro de la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad, se verifica que a marzo de 2020 sólo el 13% de las sentencias dictadas abordan estos delitos de manera autónoma.
Las denuncias por esos delitos y la posterior siguen, según la fiscal Ramos sigue el protocolo y los tratados internacionales pero es importante incluirlos en las causas para alcanzar una sentencia al respecto. “La constitución y la ley argentina impide revisar fallos firmes, ampliar o ‘agregar’ nuevas hipótesis delictivas. Por eso es importante que todas las investigaciones sean amplias y abarcando todos los acontecimientos, sin limitarse a tormentos y homicidios”, afirma Ramos. .
El Ministerio Público Fiscal también evaluó que de las 241 sentencias dictadas por crímenes de lesa humanidad, 31 contemplan delitos por violencia sexual. Y de estas, se dictaron condenas por hechos que damnificaron a 112 víctimas, 97 mujeres y 15 varones. En cuanto al total de las personas condenadas (968), únicamente el 11% lo fue por estos delitos. Hasta el momento, 108 personas obtuvieron sentencia por delitos de violencia sexual, de las cuales 103 resultaron condenadas y 5 absueltas.
El juicio que se espera
Para este año está previsto que se realice el juicio ESMA-Delitos sexuales donde se juzgarán a represores que violaron o abusaron de mujeres detenidas en ese centro clandestino de detención. Ese juicio debía comenzar este mes pero se suspendió, hay dentro de la misma causa una etapa en instrucción.